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¿Cuál es la letra del himno a la bandera de Ecuador?
Un canto que transmite compromiso patriótico y resalta la herencia de los héroes nacionales
El Himno a la Bandera del Ecuador es una de las expresiones más solemnes del civismo nacional. Más allá de su presencia en los actos estudiantiles, este canto representa un juramento de fidelidad y respeto al Tricolor, convirtiéndose en una pieza esencial dentro de las ceremonias patrióticas del país.
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Su entonación, profundamente arraigada en la memoria colectiva, trasciende generaciones y escenarios. Es interpretado como un recordatorio de la valentía y el compromiso de los ecuatorianos con su bandera, la misma que simboliza la unidad y la soberanía nacional.
Un himno que acompaña al Juramento a la Bandera
La composición de este himno patriótico pertenece a Ángel Rivadeneira Pérez, quien lo escribió en 1936. Desde entonces, su letra ha acompañado uno de los actos más significativos en la formación cívica: el juramento a la bandera.
Por regla general, el himno se interpreta durante el Juramento a la Bandera. En este acto solemne, el abanderado, acompañado de sus escoltas, pasea el Tricolor ante la comunidad educativa, que permanece en posición de firmes, formando un cuadro de respeto y solemnidad.
El Juramento no es solo un protocolo escolar: es una representación simbólica del compromiso de defender los ideales de la patria. Cada movimiento, cada nota y cada verso entonado evocan el deber de proteger la libertad y la dignidad del Ecuador.
Estructura y mensaje del Himno a la Bandera
La composición consta de un coro, donde se conjugan símbolos patrios como la patria, el cóndor y la herencia histórica de los héroes de la independencia. Cada verso refleja el juramento solemne de defender el pabellón nacional “en el aire, en el mar y en la tierra”, incluso a costa de la vida.
Letra del Himno a la Bandera del Ecuador
Coro
Por dios juro sagrada bandera
en el aire, en el mar y en la tierra
en la paz y en la horrísona guerra
defenderte hasta airoso morir.
I
Sí extranjera ambición algún día
ultrajarte pretenda atrevida,
perderemos gustoso la vida
para hacerte lucir con honor.
II
Y tu misma serás fortaleza
y sabremos romper las cadenas
pues sentimos correr por las venas
del gran sucre, su sangre y valor.
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