Cuenca: El Cajas, refugio natural y espiritual
En una zona que fue lugar sagrado de los Cañaris, entre montañas, se puede disfrutar de lagunas, pescar, conocer flora y fauna, únicos en el país

El santuario de la Virgen de El Cajas, en la advocación de la Guardiana de la Fe, es el sitio de constantes peregrinaciones.
A a 28 kilómetros de Cuenca, en la provincia de Azuay, en el sector de El Cajas, hay un santuario que combina naturaleza, recreación y espiritualidad.
Junto a la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme, que une a la provincia azuaya con Guayas y El Oro, está este reconocido lugar de recogimiento y oración, al que desde 2002, el primer sábado de cada mes, acuden devotos en romerías, unos con grupos religiosos y otros de manera familiar o individual.
En el santuario aclaman a la Virgen en la advocación de la Guardiana de la Fe, aquella que se apareció en esta zona, en 1989, y habló a través de la vidente Patricia Talbot.
En un altar formado con rústicos materiales, junto a una piedra grande, rodeada de flores, está levantada una imagen de la Virgen ante la cual rezan el rosario, se le pide favores y se le agradece.
Carlos Solano asegura haber sido tocado por la divinidad. “Vine de paseo. Era incrédulo. Pero sentí algo maravilloso que de pronto hizo que elevara la mirada al infinito y quedé con un estado de paz”, afirmó el visitante.
“El sitio es un regalo de la naturaleza conjugada con la divinidad”, opinó Carlos Solano.

LAGUNAS
Entre los años 500 y 1450, este paraje fue territorio sagrado de los Cañaris, donde adoraban a la luna, lagunas y montañas, según el investigador Santiago Altamirano.
Aquí, además de meditar y orar, se puede disfrutar de la naturaleza.
En El Cajas hay senderos naturales que comunican al menos a unas diez lagunas de entre unas 235 distribuidas en las 29.544 hectáreas de páramo andino. Las más conocidas son: Lagartococha, Osohuaycu, Mamamag o Taitachungo, Quinoascocha, La Toreadora, Sunincocha, Cascarillas, Ventanas y Tinguishcocha.
En este paraje hay 17 especies de anfibios, 157 de aves, 44 de mamíferos, cinco de reptiles y 572 especies de flora, de las cuales 106 son endémicas del páramo y 19 son exclusivas, resume el ambientalista José Toracchi.
Para complementar la diversión de quienes visitan este ‘templo natural’, en unas 32 piscícolas privadas que están ubicadas a lo largo de la orilla de la vía se puede practicar la pesca deportiva de trucha.
