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Buena Vida

‘Directito’ a los libros de Historia
La Habana, Cuba
Incluso antes de que Keith Richards tocara el primer acorde y Mick Jagger cantara la primera nota en La Habana, los Rolling Stones ya marcaron historia con su llegada a la isla. Su concierto fue una manera de consolidar la apertura del país socialista al resto del mundo.
El show gratuito de una de las bandas legendarias del planeta tuvo una concurrencia masiva de seguidores y espectadores que llegaron al estadio de béisbol de la Ciudad Deportiva de La Habana para presenciar un evento que será registrado como el espectáculo más grande que se haya visto en el territorio cubano.
Imponentes
Un macroescenario decorado con líneas en colores fuertes e iconografía de la cultura afrocubana y considerada señal de respeto a sus majestades orishas, los dioses yoruba de la Perla de las Antillas, acogieron a los músicos durante el concierto.
La Habana, Cuba
Incluso antes de que Keith Richards tocara el primer acorde y Mick Jagger cantara la primera nota en La Habana, los Rolling Stones ya marcaron historia con su llegada a la isla. Su concierto fue una manera de consolidar la apertura del país socialista al resto del mundo.
El show gratuito de una de las bandas legendarias del planeta tuvo una concurrencia masiva de seguidores y espectadores que llegaron al estadio de béisbol de la Ciudad Deportiva de La Habana para presenciar un evento que será registrado como el espectáculo más grande que se haya visto en el territorio cubano.
Imponentes
Un macroescenario decorado con líneas en colores fuertes e iconografía de la cultura afrocubana y considerada señal de respeto a sus majestades orishas, los dioses yoruba de la Perla de las Antillas, acogieron a los músicos durante el concierto.
Cuatro juegos de altavoces frontales y ocho torres de repetición de 20 metros distribuidas por el pasto emitieron un estruendo propio del rock ‘n’ roll compuesto por los músicos, y su público respondió acorde.
Importancia
La presentación de los británicos se dio pocos días después de la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, al país; y a menos de seis meses de la gira del papa Francisco por América, atrayendo una multitud aún mayor a la que se vio en ambos acontecimientos.
El significado del show varió de generación en generación. Muchos jóvenes asistentes, que se aglutinaron en el recinto desde el jueves, admitieron que no estaban familiarizados con el repertorio de los ingleses, pero el valor de entretenimiento del mismo los atrajo hasta el lugar.
Para los mayores, la presencia de los Stones en Cuba era ver realizados los sueños que muchos tuvieron desde niños y un momento que jamás se ha dado ni que, quizás mientras ellos vivan, se repita en su nación.
Eso lo reconocieron los músicos en sus redes sociales, al extender su agradecimiento a sus promotores, quienes les permitieron “marcar un hito” en sus carreras.
Complacientes
Como se hizo costumbre durante su gira por Latinoamérica, la banda hizo partícipe de su show a su público, al pedir a través de las redes sociales que sus seguidores sugiriesen qué temas debían tocar durante el concierto.
Desde el jueves, canciones como ‘Get off my cloud’, ‘All down the line’ y ‘She’s so cold’ fueron nominadas para oírse. Estas, junto a clásicos como ‘ (I can’t get no) Satisfaction’ o ‘Paint it Black’ fueron parte del repertorio que Cuba clamó durante el show.
Con este show, los Rolling Stones cerraron una gira que reunió a más de medio millón de asistentes en todo el continente.