Buena Vida
Esa demencia por los virales y la vida de los otros
Un nuevo viral llega a nuestras vidas cada semana a través de Internet ¿Recuerdas a los Roditti o ya se te pasó la indignación?

Un nuevo viral llega a nuestras vidas cada semana a través de Internet.
De los creadores de “Amor, comprensión y ternura”, llega: “Yo quiero ser un man harta demencia”. Ambas frases han salido de protagonistas de los reportajes del programa En carne propia, dirigido por el periodista José Delgado. Luego de ocho años vuelve a ser furor.
La primera se transmitió en televisión nacional en 2010 y hasta se volvió parte de una parodia —lo que significó también demandas por derechos de autor—. Esta vez lo de ser “harta demencia” se publicó como un tras cámaras del reportaje y desde entonces, la frase no deja de compatirse, enviarse, retuitearse. En una palabra: viralizarse.
Viralizarlo es eso: que incluso la tía, el abuelito y la mamá ya lo tengan en sus celulares o sepan de su existencia. O que alguien sin haberse visto la serie de Luis Miguel se ponga de camiseta dominguera: Te odio Luisito Rey. ¡Te odiamos coño!
Aunque no hay una ecuación de donde se puedan deducir todas las reacciones humanas, el psicoanalista Carlos Silva Koppel cree tener una explicación para este comportamiento en las redes sociales escribiendo todo a lo harta demencia. O hablar A-lo mu-y Ca-sa de las flo-res.
“Lo que llama acá la atención es lo banal, de lo que uno se pueda reír para olvidarnos de nuestras propias miserias”, comenta Silva. Es decir, aunque se está más que informado de hechos ajenos como estos, no se sabe nada del vecino o de algo tremendo que haya pasado en el barrio. Guiño a la relación pasional con nuestros celulares. Suspiros.
Eso de manera general, pero ya como un por qué pasa y se sigue multiplicando, explica este especialista, se debe a que somos parte de una sociedad del espectáculo. “Hay un público espectador por un lado y morboso por el otro, que busca entretenimiento, que busca burlarse”.
El reto entonces sería superar la carcajada y reflexionar de esas otras realidades. Hacer el ejercicio con aquellos que provocan indignación y llevarlos a acciones. De nuevo: no quedarse con el mensaje superficial.
Está el de Ariana Grande por ejemplo, siendo manoseada por un pastor durante un funeral transmitido en vivo. Viral extranjero. O una mujer a la que acuestan sobre una mesa de una plaza comercial, sin control sobre su cuerpo y, a la que un hombre penetra una y otra vez. Viral local sucedido en Manta.
Como dice Silva en estos casos siempre habrá alguien que haga el meme y ese alguien en su versión guayaquileña es Carlos Lotufo. Su dominio en el oficio ha hecho que se lo bautice como memólogo. Él cree en el humor como una herramienta poderosa.
“En la CTE hicimos muchas campañas y memes para concienciar sobre la seguridad vial. El meme puede llegar a través del humor y hacer recordación de algo”, asegura Lotufo quien cuenta la cotidianidad por cuadros y cuadros de imágenes con frases lo suficientemente pegajosas para que sea un gran: ¡prohibido olvidar!