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Ecuador guarda rincones secretos llenos de naturaleza, aventura y cultura por explorar.Montaje extra

Escapadas cortas: 10 rincones ocultos de Ecuador que debes conocer

Descubre rincones escondidos de Ecuador ideales para escapar de la rutina sin ir muy lejos

¿Necesitas una pausa sin alejarte demasiado? Ecuador es un país lleno de rincones mágicos. Más allá de los destinos tradicionales, existen pequeños paraísos escondidos perfectos para desconectarte del ruido, respirar aire puro y reconectar con la naturaleza o la cultura local. Si estás buscando una escapada corta de fin de semana, esta guía te llevará por 10 lugares poco conocidos que combinan belleza, tranquilidad y aventura. 

1. Salto del Tigre: un espectáculo natural

Ubicada a 26 kilómetros de la ciudad de Pedro Vicente Maldonado, en la vía Célica-Naranjal, la cascada Salto del Tigre es uno de los tesoros mejor conservados del noroccidente ecuatoriano. La imponente caída de agua, que nace del río San Dimas, forma un estanque de aguas cristalinas de aproximadamente 10 metros de largo por 4 de ancho, ideal para disfrutar de un baño refrescante o simplemente contemplar la belleza del entorno.

El entorno natural es exuberante: orquídeas silvestres, heliconias y una variada fauna que incluye aves como los cormoranes tropicales. La cascada se produce justo en la unión de los ríos San Dimas y Guayllabamba, donde gigantescas rocas forman un encañonado que enmarca este espectáculo natural. El clima es templado, con temperaturas que oscilan entre los 18 y 24°C, perfecto para los amantes del ecoturismo.

Un rincón escondido donde el agua y la selva se encuentran: Salto de Tigre, en estado puro.tripadvisor

2. Loma de Guayabillas: el pulmón verde de Ibarra

La Loma de Guayabillas es un espacio natural ubicado en la zona suroriental de Ibarra, concebido inicialmente para suplir la carencia de áreas verdes en la ciudad. Su nombre proviene de la abundancia del arbusto guayabilla (Psidium guineense), cuyo fruto es muy apreciado por su sabor. Este bosque protector cubre unas 54 hectáreas y se encuentra vinculado al cauce del río Tahuando, la loma Mirador y el Alto de Reyes.

Este pulmón urbano favorece la presencia de aves, reptiles, insectos e incluso mamíferos. En su interior se encuentra el Centro de Interpretación Guayabillas, creado con fines educativos y de concienciación ambiental. Actualmente se trabaja en la eliminación de eucaliptos invasivos para reemplazarlos por especies nativas como cholán, sauco y la misma guayabilla. Además de ser un lugar de recreación, ofrece miradores naturales desde los cuales se puede observar toda la ciudad de Ibarra.

3. San Lorenzo: acantilados, playas y vistas inolvidables

Ubicado en la costa manabita, San Lorenzo se erige como un destino de mar diferente, caracterizado por sus formaciones rocosas, cuevas y acantilados que lo distinguen del típico balneario. Desde lo alto del cabo se encuentra un faro que sirve de mirador natural con una vista panorámica inigualable del océano Pacífico y sus alrededores.

Para llegar desde la Sierra, se recomienda tomar la vía Aloag o La Independencia hacia Santo Domingo, y desde allí continuar por la carretera E382 o E38. También se puede acceder por la ruta del Spondylus desde el litoral. Las playas varían en tamaño y forma, siendo la más destacada la que se ubica entre Punta Blanca y Punta Colorado. Todo el entorno ofrece un paisaje dominado por el mar, con el horizonte despejado, ideal para el avistamiento de aves y la fotografía de paisajes.

Un rincón costero en Manabí donde la naturaleza y la tranquilidad se encuentran: Playa San Lorenzo.tripadvisor

4. Tortuga Bay: naturaleza virgen en el corazón de Galápagos

Tortuga Bay, ubicada cerca de Puerto Ayora en la isla Santa Cruz, Galápagos, es un destino perfecto para quienes buscan tranquilidad y belleza natural. Esta playa no permite nadar en su zona principal debido a las fuertes corrientes, pero una cala cercana más resguardada es ideal para nadar, practicar snorkel o alquilar kayaks. Además, es un excelente punto para observar aves como pelícanos, pinzones e incluso flamencos en la laguna salada que bordea los manglares.

El acceso puede realizarse a pie desde Puerto Ayora en una caminata de aproximadamente una hora o mediante un taxi acuático. La playa está abierta al público de 6:00 a 18:00, y cualquier época del año es adecuada para visitarla, aunque el clima varía: entre diciembre y mayo es más cálido con posibles lluvias, mientras que de junio a noviembre es más fresco y nublado. Sin importar la temporada, la fauna local permanece activa todo el año, lo que garantiza una experiencia inolvidable.

5. Puerto Chino: naturaleza, surf y especies únicas en San Cristóbal

En la isla San Cristóbal, una de las principales del archipiélago de Galápagos, se encuentra la playa Puerto Chino, un paraíso escondido que enamora por su belleza natural y su tranquilidad. Rodeada de paisajes volcánicos, esta playa es uno de los secretos mejor guardados de la isla, ideal tanto para surfistas como para quienes desean conectarse con la fauna local. Las olas suaves y la presencia de lobos marinos y piqueros de patas azules convierten a este rincón en una parada obligatoria para los amantes de la naturaleza.

Para llegar a Puerto Chino, primero debes volar desde Quito o Guayaquil hacia el Aeropuerto de San Cristóbal. Los vuelos duran aproximadamente dos horas y es importante recordar que se debe pagar el ingreso al Parque Nacional Galápagos. Desde el aeropuerto, un viaje en taxi de 15 a 20 minutos te llevará directamente a la playa. Otra opción es un tour en bote que recorre diferentes playas, incluyendo Puerto Chino.

Playa Puerto Chino, un paraíso natural en San Cristóbal, Galápagos, donde la fauna y el mar se encuentran.INSTAGRAM

6. Picachos de Jimbura: un refugio andino en Loja

Los Picachos se ubican a unos 32 kilómetros de Amaluza, en el cantón Espíndola. Para ingresar a esta zona protegida, es obligatorio registrarse en el refugio del parque, una medida que busca garantizar la seguridad de los visitantes y proteger el ecosistema. Desde este punto, se accede a una ruta que combina exigencia física con paisajes de ensueño.

Desde las alturas de los picachos se pueden observar varias lagunas como Negras I y II, Bermeja, Los Patos y Natosa. Estos cuerpos de agua de origen glaciar están rodeados de montañas cubiertas de verde, creando un entorno perfecto para la fotografía y la contemplación. La tranquilidad del lugar convierte a Jimbura en uno de los destinos más puros del sur del país.

7. Cerro Blanco: el pulmón seco de Guayaquil

En medio del bullicio urbano de Guayaquil, el Bosque Protector Cerro Blanco se alza como un santuario natural que conserva uno de los ecosistemas más amenazados del país: el bosque seco tropical. Ubicado en el kilómetro 16 de la vía a la Costa, dentro de la cordillera Chongón Colonche, esta reserva privada se extiende por 6.078 hectáreas y representa el pulmón verde más importante de la ciudad.

Cerro Blanco nació gracias a la iniciativa de La Cemento Nacional (actual Holcim Ecuador), que en 1989 solicitó al Ministerio de Agricultura y Ganadería la declaratoria de protección para estos terrenos.

Desde entonces, se han implementado programas de conservación, reforestación, educación ambiental y ecoturismo. Con más de 700 especies de plantas vasculares —muchas de ellas endémicas de la región tumbesina—, y fauna que incluye jaguares, papagayos de Guayaquil y decenas de especies de mamíferos, reptiles y anfibios, este espacio es vital para la biodiversidad regional.

Cerro Blanco, un oasis verde que impulsa la educación ambiental y el ecoturismo en Guayaquil.holcim

8. Laguna Azul: aguas cristalinas entre la selva

En la provincia de Napo, a media hora de la ciudad de Tena, se encuentra uno de los destinos más refrescantes del oriente ecuatoriano: la Laguna Azul, conocida también como Waysa Yaku. Este lugar paradisíaco debe su nombre al tono azul verdoso de sus piscinas naturales, formadas por rocas que emergen de las faldas de los Llanganates.

El agua fresca que alimenta estas piscinas proviene directamente de la montaña y desemboca en el río Jatun Yaku, ideal para deportes extremos como kayak, rafting y tubing. La zona cuenta con senderos, comidas típicas y excursiones hacia la selva y cascadas cercanas. Es un lugar perfecto para disfrutar en familia y reconectar con la naturaleza en su forma más pura.

9. Cascada cañón de Copalillo: cascadas y aventura en Bolívar

A solo cinco kilómetros de la parroquia Balsapamba, en el cantón San Miguel de la provincia de Bolívar, se encuentra el Cañón de Copalillo, un destino natural ideal para quienes buscan tranquilidad y aventura. El río Vergel atraviesa el lugar formando cascadas y cañones de hasta 20 metros de altura.

El recorrido por sus senderos permite admirar varias caídas de agua, algunas de las cuales se pueden usar como toboganes naturales. Además de disfrutar del paisaje y el agua fría, los visitantes pueden saborear platos típicos como fritada, seco o jugo de caña de azúcar recién extraído. Es una opción accesible y encantadora para pasar un día completo inmerso en naturaleza viva.

Un refugio natural perfecto para la aventura y la tranquilidad en San Miguel.INSTAGRAM

10. Grietas del Plateado: descenso hacia lo profundo

En la parroquia Nulti, en Cuenca, se encuentra un rincón escondido perfecto para los amantes del turismo ecológico: las Grietas del Plateado. Este destino requiere una caminata de unos 20 minutos por senderos naturales y el uso de equipo de seguridad para descender a las grietas, que suelen estar llenas de agua.

La mejor época para visitarlas es durante la temporada seca. Este entorno natural ofrece una experiencia única de conexión con el entorno, entre paredes rocosas, vegetación exuberante y un ambiente fresco. Es ideal para quienes buscan una aventura distinta y poco convencional en medio de la naturaleza.

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