Los fines de semanas son los días más anhelados y también los que más rápido se van. Quizá en algún momento te has preguntado: ¿será que existe alguna forma de hacer que duren más? Al parecer puedes lograrlo.

Steve Taylor, profesor de la Universidad de Manchester, se ha dedicado a estudiar profundamente cómo percibimos el tiempo y de qué modo nos afecta. En su libro Creando el tiempo, el autor sugiere que el estado mental también influye en la apreciación de su paso.

Expone que esa apreciación está ligada a sentimientos y emociones. Es por eso que entre más te diviertes más pronto termina todo y, en cambio, cuando te encuentras ante una situación incómoda o dolorosa el reloj pareciera no correr.

Esto no significa que únicamente al pasar un mal rato podrías sentir que el día transcurre más lento, pues de hecho hay tips que te ayudarán a ‘detener el tiempo’ y usarlo a tu favor.

Practicar nuevas actividades

David Eagleman, profesor de la Universidad de Stanford y autor de The Brain: The Story of You, asegura que la clave para que tus días libres pasen menos rápido es realizar una actividad nueva.

“Cuando experimentas algo nuevo, parece que dura más tiempo”, esto sucede porque estás más concentrado en recopilar la información desconocida en un recuerdo, señala.

“Cuando eres niño, todo es novedoso y estás estableciendo nuevos recuerdos al respecto. Pero cuando eres mayor, has visto todos los patrones”, añade.

Organiza tu día

Alexandra Segura, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, resalta la importancia de planificar para aprovechar mejor el tiempo y decidir cuánto de este se le dedicará a distintas actividades.

Al tener un esquema establecido de lo que se quiere hacer se podrá fijar un objetivo. “Gestionar bien el tiempo significa dedicarle tiempo a todas las áreas de tu vida”, indica.

Crea nuevos recuerdos

“Recordamos mejor todo lo que nos emociona, sea bueno o malo”, escribe la psicóloga Claudia Hammond, en su libro Tiempo deformado. Cuando hay menos novedad y menos emoción, los recuerdos acaban concentrándose y fundiéndose. Si no hay motivos para diferenciar los días, todos resultan iguales y acabamos por olvidarlos.

De modo que si nos aburrimos el fin de semana, puede que el tiempo transcurrido nos parezca más largo mientras lo estamos viviendo, pero lo recordaremos mucho más corto, ya que no habrá nada que recordar, informa Verne.