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Diario Extra Ecuador

Celebrar sin contaminar: el reto ambiental de las fiestas de fin de año

El aumento del consumo durante las fiestas eleva la generación de residuos plásticos, afectando ciudades, ríos y ecosistemas frágiles

Toneladas de basura se generan a diario, especialmente en temporadas de alto consumo.

Toneladas de basura se generan a diario, especialmente en temporadas de alto consumo.Gemini

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La falta de cuidado ambiental sigue siendo una constante en la vida cotidiana, incluso en momentos destinados a la unión y la celebración. Cada decisión de consumo, por pequeña que parezca, deja una huella directa en el entorno, especialmente cuando no se considera el destino final de los residuos que se generan.

El problema no se limita a la acumulación de basura visible en calles y rellenos sanitarios. Los desechos mal gestionados, terminan contaminando y afectando la biodiversidad, poniendo en riesgo espacios naturales que requieren protección permanente.

El impacto ambiental que dejan las celebraciones

Durante la temporada navideña y de fin de año, el consumo se incrementa de forma acelerada. Regalos, decoraciones, envoltorios y productos desechables forman parte del paisaje habitual de estas fechas, pero también representan una fuente significativa de contaminación.

Las estadísticas confirman el impacto del consumo en la generación de residuos. De acuerdo con datos del Municipio de Guayaquil, se recogen cada día cerca de 2.600 toneladas de desechos sólidos. En el caso de la capital, la Empresa Pública Metropolitana de Aseo de Quito (EMASEO) reporta un promedio diario aproximado de 2.000 toneladas.

De las ciudades al océano

Plásticos de un solo uso alcanzan el océano y permanecen allí durante años, dañando la biodiversidad.

Plásticos de un solo uso alcanzan el océano y permanecen allí durante años, dañando la biodiversidad.Freepik

El impacto de los residuos no se queda en los centros urbanos. Parte de la basura generada en el continente termina llegando al mar, arrastrada por ríos y corrientes marinas.

La contaminación por plásticos representa una amenaza constante para la fauna marina y los ecosistemas costeros. Bolsas, envoltorios y objetos de un solo uso persisten durante años en el ambiente, fragmentándose y causando daños que no siempre son visibles de inmediato, pero que tienen consecuencias a largo plazo.

Repensar la forma de celebrar

Desde una mirada ambiental, las festividades representan una oportunidad para cambiar hábitos. Andrea Lema, Directora País de Ichthion y Galapagos Guardians, sostiene que repensar la manera de celebrar es clave para reducir el impacto ambiental y proteger los ecosistemas.

“En tiempos donde cada acción individual suma, las festividades deben ser vistas como una oportunidad para celebrar con conciencia. Disminuir el uso de plásticos, reutilizar recursos y optar por alternativas más sostenibles no significa perder la esencia de estas celebraciones, sino darles un nuevo sentido: uno que respete y proteja el entorno que compartimos. De esta forma colaboramos con el objetivo de evitar que más plásticos lleguen a ríos y océanos”.

Recomendaciones para unas fiestas más sostenibles

Adoptar celebraciones responsables no implica renunciar a la tradición, sino transformar la forma de consumir. Comprar con conciencia, evaluar si un producto es realmente necesario y optar por alternativas reutilizables o con menor empaque son acciones que reducen el desperdicio desde el origen.

La correcta separación de los desechos es una acción clave para reducir el impacto ambiental. Cuando materiales como plástico, cartón, vidrio y aluminio se clasifican de forma adecuada, pueden ser reutilizados o reciclados, evitando que terminen contaminando el entorno. 

Optar por alternativas al plástico de un solo uso, dejar de lado la vajilla descartable y utilizar bolsas reutilizables o botellas recargables son medidas prácticas y accesibles. Estas acciones pueden complementarse con decoraciones sostenibles, envoltorios reutilizables y celebraciones más conscientes.

Finalmente, compartir estas prácticas en el entorno cercano contribuye a generar un cambio colectivo. Cada decisión individual, especialmente en temporadas de alto consumo, puede convertirse en un paso concreto hacia un futuro más limpio, responsable y respetuoso con el ambiente.

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