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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

Mad Asaf, un ‘loco’ que rapea sobre cuatro ruedas

El raperto Mad Asaf tiene 26 años. Ha dedicado casi 10 a la construcción de su personaje. Los buses de la ciudad son su escenario.

El rapero Mad Asaf dirige una escuela de baile en el centro.

El rapero Mad Asaf dirige una escuela de baile en el centro.Facebook

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Los buses urbanos de Guayaquil son la tarima en la que Jorge Núñez muestra su esencia de rapero. De colectivo en colectivo, Mad Asaf —su personaje artístico, que en español se traduce como ‘loco’ Asaf— ha ganado a punta de ‘rimas’ el dinero que le permitió cumplir su sueño: fundar su propia academia de baile.

En el parque de la Kennedy, trepa a una ‘buseta’ y los pasajeros que se dirigen al centro de la ciudad ya sospechan que no se trata de un común transeúnte: lo delatan su micrófono y su parlante, esos ‘panas’ que lo acompañan en cada recorrido.

Con una gran sonrisa, pantalones anchos y una gorra en la cabeza, Jorge —de 26 años— prende sus aparatos y se presenta a su audiencia. “Soy Mad Asaf”, dice, rompiendo la rutina del bus. “Esto es lo que yo más amo y disfruto hacer”.

Algunos salen de su aburrimiento matutino y voltean a verlo; otros en cambio, parecen incómodos y fingen que no está ahí. Jorge solo empieza a rapear: “Qué locura esto, llámalo como tú quieras / Solo que sé que el mundo no es lo que tú ves allá afuera / Solo sé que lo que sé no es la verdad verdadera”.

Los más atentos ‘paran el oído’ cuando entona sus letras, que casi siempre promueven la reflexión; él intenta dejar un mensaje positivo a quienes las escuchen en el camino.

De hecho —cuenta— su tema ‘Hay veces’, le salvó la vida a un chico que había contemplado el suicidio como solución a sus problemas. Por eso, está convencido de que “la música puede cambiar a una persona”.

Estudiante de la carrera de Docencia con mención en artes de la Universidad de Guayaquil, Jorge lleva la pasión musical en su sangre desde que era un niño. Cuando tenía 12 años, su madre lo sorprendió ‘rapeando’ —aunque él no supiera que eso era lo que hacía’— y le compró discos con pistas de baladas para que se ‘embale’.

Entonces comenzó a componer sus propias letras, influenciado por géneros como el reggae, reguetón cristiano y baladas.

“Hay quienes usan la fe para llenar su billetera / Y busco la manera de acoplarme en esta era / Pero es que aquí afuera, la gente se desespera / Por tantas cosas que ni siquiera, valen la pena”, continúa al ritmo del rap, mientras algunos pasajeros ríen y otros siguen como si nada.

Jorge no pierde su energía y termina su show ofreciendo su disco por tan solo un ‘dolarito’. A quienes no tienen la moneda dorada, les pide que colaboren con “lo que tengan”, a cambio de un sticker con su nombre artístico.

De ‘latita’ en ‘latita’, Mad Asaf obtuvo lo que necesitaba para montar Ax2h Crew, su agrupación y escuela de hip hop, que funciona en su casa, en el centro de Guayaquil.

“Quise ser mi propio jefe y hacer algo que realmente me apasione”, cuenta. “Empecé trabajando en los buses vendiendo discos educativos, videos infantiles y música. Al principio estaba nervioso y avergonzado, pero después le perdí el miedo”.

En su academia —junto a sus compañeros de grupo— comparte sus conocimientos artísticos. Su misión —dice— es ayudar a la gente . “Yo sé que no puedo cambiar el mundo, pero si cambio la vida de una sola persona es suficiente”.

Una canción de rap fue todo lo que él necesitó para cambiar el rumbo de su vida. Ahora, convencido de que la música puede lograrlo todo, Mad Asaf se trepa cada día en su escenario de cuatro ruedas para sonorizar con su prosa el rumbo de otros.

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