En Ecuador, el rol de la madre está profundamente vinculado a la organización del hogar, la crianza y el sostenimiento emocional de la familia. Sin embargo, en medio de esa dedicación incondicional, surge una pregunta importante: ¿qué harían las madres si pudieran tomarse un fin de semana para ellas solas, sin hijos ni responsabilidades?

Esta duda crece en el marco del Día de las Madres, una fecha en la que se suele celebrar a las mujeres por todo lo que entregan, pero pocas veces se detiene uno a pensar en lo que ellas realmente necesitan. 

Según el Censo de Población y Vivienda 2022, Ecuador cuenta con más de 4.6 millones de madres, de las cuales aproximadamente 1.7 millones son jefas de hogar. Esto representa un aproximado del 36,7% de todas las madres del país, según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Un trabajo silencioso que sostiene hogares

La carga de trabajo no remunerado que asumen las mujeres en el hogar también es importante. De acuerdo con las Cuentas Satélite del Trabajo no Remunerado publicadas por el INEC en 2019, las mujeres ecuatorianas aportan con el 76% del valor económico generado por tareas domésticas y de cuidado, lo que equivale a más de 15 mil millones de dólares anuales. Estas tareas representan el 20% del Producto Interno Bruto.

Mientras que los hombres realizan el 24% de estas actividades, las mujeres destinan la mayor parte de su tiempo a cocinar, limpiar, cuidar de niños y adultos mayores, entre otras labores. A pesar de todo esto, el tiempo para ellas mismas es limitado o incluso inexistente.

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Cuando la imaginación se vuelve una posibilidad

Siete madres compartieron con EXTRA cómo imaginarían un fin de semana sin responsabilidades ni tareas de cuidado. Aunque cada una expresó distintos anhelos, la mayoría coincidió en algo importante: la importancia de tomarse un respiro, dedicarse tiempo propio y disfrutar de momentos de tranquilidad.

"Me iría a la playa con mi esposo, o sola, a disfrutar un poco, porque casi no tengo tiempo para mí", dijo María Suárez, quien ve en el mar un escape ideal de la rutina diaria. Algo similar expresó Verónica Eugenio, quien imaginó su fin de semana perfecto entre la arena, el sonido de las olas y una sesión de spa. "Me gustaría relajarme bastante, sobre todo por el estrés", confesó.

Matilde Rugel también mencionó la playa como su destino soñado: “Me iría a la playa, ese es mi anhelo de ir a pasear allá” Pierina Yépez, en cambio, prefirió imaginarse conociendo nuevos lugares. "Me iría de shopping o a viajar, me gustaría conocer más de mi país y de otros", afirmó.

Ana María Heras contempla un momento de paz escuchando música y compartiendo con su familia, pero también reconoce que ese tiempo personal ha sido postergado por sus obligaciones. Mary Cortéz, pese a sus problemas de salud, expresa un anhelo claro: salir a pasear y reencontrarse con su hijo, a quien extraña profundamente. "Me siento feliz cuando él está aquí", contó.

Para Martha Bonilla, el tiempo libre ideal incluiría una caminata y un viaje lejos del entorno cotidiano. "Irme a despejar la mente por otro lado, donde no sea el mismo lugar", reflexionó sobre su escape ideal.

Conexión emocional

Aunque cada madre expresó de manera distinta cómo usaría un tiempo libre, un hilo en común las une, el valor que le dan a la compañía de sus hijos, incluso cuando sueñan con desestresarse. La mayoría coincidió en que no podrían disfrutar plenamente sin involucrar, en algún momento, a sus seres queridos.

Más allá del deseo de ir a la playa, visitar un spa o viajar, muchas admitieron que sus hijos son parte fundamental de su felicidad. Incluso en ese anhelo por el descanso, ellas los incluirían, porque el vínculo emocional que las une trasciende cualquier deseo individual.

Lo que reflejan sus testimonios es aún más profundo, aunque agradecen la posibilidad de imaginar un tiempo libre para sí mismas, la mayoría de ellas seguiría compartiéndolo con sus hijos. Porque para muchas, no hay desconexión completa si no están también quienes les dan sentido a cada día.

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