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Erudita Bautista Rentería, cariñosamente llamada Mónica, es más que una simple vecina, es la "doctora" del recinto La Sexta.Yadira Illescas

Mónica, la partera que ha traído más de dos mil vidas al mundo

Conozca a la mujer que sin tener estudios formales, ha asistido a centenares de madres en labor de parto con su conocimiento ancestral

En el corazón del recinto Simón Bolívar (La Sexta) una comunidad ubicada en la zona límite en disputa entre Quinindé (Esmeraldas) y Puerto Quito (Pichincha), se alza una figura entrañable, sabia y poderosa. No aprendió en libros, pero lo sabe todo sobre partos, dolores, plantas y espíritus.

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Se trata de Erudita Bautista Rentería, aunque todos la conocen como Mónica. Asegura haber traído al mundo a más de dos mil niños. No sabe leer ni escribir, pero su sabiduría ha pasado de boca en boca, de experiencia en experiencia. Es la partera de confianza, la curandera de las madres, la doctora sin título.

Mónica tiene 56 años, pero lleva 40 entregada a su vocación. Comenzó en Río Verde, Esmeraldas, donde vivió su juventud. Allí, una vecina la guió por el camino del conocimiento ancestral. Le enseñó a escuchar el cuerpo de una mujer embarazada, a observar la luna, a preparar infusiones de Santa María, verbena, paridera y mastranto. En la actualidad, en La Sexta, todas esas plantas crecen en su patio.

Ha ayudado a más de dos mil vidas

En La Sexta, una comunidad ubicada a 30 minutos del centro de Quinindé (Esmeraldas) y a una hora de Puerto Quito (Pichincha), territorio que ambos cantones reclaman como propio, Mónica atesora recuerdos de madres que llegaron con temor y se fueron con alegría. Algunos de los bebés que ayudó a nacer hoy son adultos: unos la saludan con respeto, otros ni siquiera saben que fue ella quien los trajo al mundo.

Un pago en gratitud

No cobra por atender partos, aunque muchas familias le dejan lo que pueden: una gallina, un racimo de plátanos, o unos pocos dólares. Para ella, lo importante es cumplir con la misión que le fue entregada. “Yo nací para esto. Cuando una mujer va a parir, ya sé lo que necesita solo con mirarla”.

La comunidad la llama “la doctora”. No por sarcasmo, sino por respeto. Es la que sabe, la que cura, la que protege. Muchas mujeres la buscan incluso después del parto, para que les soben el cuerpo y les devuelvan la energía. “Las mamitas quedan blanditas, hay que sobarlas para que el cuerpo regrese a su lugar”, explica con naturalidad.

Aunque no sabe leer ni escribir, Mónica, habitante del recinto La Sexta, es una de las últimas comadronas del sector

Clemencia Echeverría, una de las fundadoras del recinto, cuenta que Mónica es la única partera activa en la zona. “No hay otra como ella. Las mamás la buscan porque saben que con ella están seguras”, afirma.

Ofelia Salazar recuerda el nacimiento de su primer hijo con una mezcla de nervios y gratitud. “Yo estaba asustada, era primeriza. Pero Mónica me acompañó desde el inicio, me preparó chocolate artesanal para darme fuerza y me dio las hierbas para el dolor. Cuando llegaron los dolores, ya estaba lista. Ella me recibió al niño con tanto amor, que me puse a llorar”.

Erudita Bautista ha ayudado a más de dos mil madres a alumbrar a sus hijos.YADIRA ILLESCAS

Ha recibido capacitación 

A pesar de su falta de educación formal, ella busca aprender. Felicita Troya, técnica del Ministerio de Salud en la zona, asegura que Mónica siempre ha colaborado en campañas de salud.

“Ha recibido capacitación como partera tradicional. Y aunque no sabe leer ni escribir, escucha, pregunta, aprende. Es una mujer sabia”, refiere Troya sobre quien lleva 40 años trayendo vida al mundo con hierbas, rezos y sabiduría ancestral.

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