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Buena Vida

¡Se le fue la luz, se olvidó los anillos, pero igual se casó!

Doce parejas contrajeron nupcias en el Registro Civil del norte capitalino este martes 13 de septiembre.

Sara Serna recordó que hoy es martes 13 cuando la electricidad en la peluquería donde se preparaba para su boda se cortó repentinamente. ‘No te cases ni te embarques’ reza el refrán popular, al cual se le atribuye la mala suerte en este día. Sin embargo, la quiteña no le dio importancia y terminó de arreglarse el cabello, se puso un vestido de randa y salió caminó al Registro Civil, donde le esperaba su futuro esposo.

Ella y su novio Jaime Cárdenas obtuvieron el turno de las 14:00 para contraer nupcias en aquella sede del norte de Quito, por lo que no tuvieron otra opción que efectuar el matrimonio hoy mismo. Cuando ambos se encontraron en el recinto, notaron que habían olvidado recoger los anillos para sellar su amor ante la jueza.

Pero, afortunadamente, el joyero, a quien habían encargado el trabajo de fabricar los símbolos de amor, llegó con estos al Registro Civil. Los llevaba dentro de un corazón de terciopelo rojo. Eso calmó a la pareja, así que, sin más contratiempos, se inició el trámite legal.

Estaban felices, pues sabían que luego de la boda, donde estuvo presente la hija de 4 años de Sara, tomarían un avión para celebrar su ‘luna de miel’ en Estados Unidos. Ahí planeado quedarse a vivir.

Después de varios minutos, la pareja firmó el acta en que quedó marcada su relación. Ambos se entregaron los anillos, luego de prometerse amor eterno. Y, a pesar del estigma que existe en este día, consideran que el sentimiento no terminará, y que estarán juntos muchos años más.

Una docena de parejas programaron la cita para casarse hoy en el Registro Civil de la avenida Naciones Unidas. Una de ellas es la Mery Vallejo, de 45 años, y Mohammed El Amin El Atlanti, de 28, quienes se conocieron por Facebook hace 18 meses.

Él viajó desde Marruecos en enero pasado para encontrarse con el amor de su vida en Ecuador. Ellos no creen en aquel refrán, pero prefirieron ser precavidos para que nada empañara su día. Llegaron temprano desde Macas (oriente del país), donde viven, junto a los dos testigos que estarían presentes durante el trámite.

Mery tuvo que pedir permiso en el hospital donde trabaja como enfermera para contraer nupcias con su extranjero. Debían hacerlo en la capital ecuatoriana, por la situación migratoria de Mohammed. Al concluir, gritaron que ¡vivan los novios!, y señalaron que también pensaban casarse en Marruecos.