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Buena Vida

¿Puede mi perro comer huesos?

Lo conveniente es no dárselos, pero si lo haces que sean grandes y cocidos, jamás crudos o pequeños porque se pueden partir y ocasionarle daños 

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A partir de los 8 o 9 meses es recomendable que al perro se le dé huesos, pero nunca de aves.Freepik

Los perros son animales carnívoros por naturaleza y algo que aman es masticar huesos. Aunque no tienen ningún valor nutricional, ciertamente los mantienen entretenidos. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado al momento de brindarle alguno, sobre todo, si son de aves.

El veterinario Diego Salinas advierte que darle este tipo de huesos es como romper una pluma y hacer que el perro se trague sus pedazos. “Los huesos de aves se convierten en astillas, al punto de perforar el estómago y el intestino del animal, por eso mi consejo es evitar que los coman”, reitera. Pero en caso de que se los den es preferible que el hueso sea grande, de res o cerdo, siempre y cuando esté cocinado, ya que así se disminuye el riesgo de que se astillen o lo traguen.

Ni cachorros, ni ancianos

Los huesos no son recomendables para perros ancianos, ya que tienen el intestino y las muelas más delicados. Para un cachorro que está en pleno crecimiento resulta peor porque puede dañar sus dientes. “Si le quieren dar un hueso a un cachorro para que se entretenga, no hay problema, pero recomiendo que sea a partir de los 8 o 9 meses. Si hay otro can en casa cuiden que cada uno tenga el suyo porque puede haber peleas”, sugiere el veterinario.

Mejor son los preparados

El especialista canino recomienda darle huesos preparados a base de orejas de cerdo, cuero de ganado y cartílagos, que son aptos para las mascotas y los venden en petshops. Aunque no brindan ningún valor nutricional, el animal los puede masticar y tragar. Sirven, además, como juguete o limpiador de dientes.

“Los huesos de aves se convierten en astillas, al punto de perforar el estómago y el intestino del animal, por eso mi consejo es evitar que los coman”, Diego Salinas, veterinario

Emergencia

Cuando los huesos son pequeños llegan al estómago que es el reservorio de la comida y al no poder continuar su tránsito intestinal se quedan atorados convirtiéndose en un cuerpo extraño que lleva al perro a una cirugía de emergencia. Esto se da, explica Salinas, porque empieza a vomitar o no puede defecar y al estar en esa condición necesita ser intervenido de inmediato.

Alternativa

Si caemos en la tentación de darle un hueso a nuestro perro lo mejor es elegir uno cocinado y que sea grande. Siempre debemos pensar en que se entretenga con él, nunca en que se lo coma. Además de distracción sirve como artículo de limpieza.

Jamás le des huesos en pedazos, porque si se los traga no los podrá digerir. “Incluso he tenido casos en que los trozos se han quedado atorados en su hocico. Me ha tocado sacarlos de entre sus dientes. Es preferible que les aquellos que no los puedan cortar”, aconseja Salinas.