Berlín, Alemania. Domingo 29 de septiembre de 2019. La temperatura bordeaba los 11 grados centígrados y la ciudad se engalanaba para una edición más de su principal maratón anual. La lluvia que caía parecía penetrar la piel, y el frío entumecía los huesos. En el kilómetro 30 del recorrido (de los 42,19 en total), Juan David Ávila Muñoz sintió el estrago de su debut en este tipo de competencias.

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Pesadez en las piernas, sed, hambre y unas intensas ganas de parar: así se manifestaba el cansancio en el policía ecuatoriano. Pero al leer las palabras que había escrito en sus antebrazos, se motivaba a seguir. En el derecho tenía escrito “familia” y en el izquierdo, “Ecuador”. Ese era su combustible para llegar a la meta.

Para alguien que nunca había corrido una maratón hasta entonces, con apenas 10 meses de preparación y cumpliendo al mismo tiempo sus funciones como agente, fue una hazaña completar esta prueba entre más de 40.000 participantes, principalmente atletas europeos, asiáticos y africanos.

Aquel día, Ávila empapó con su transpiración la camiseta tricolor, una pantaloneta azul y sus zapatos negros. Y al cruzar la meta, el agua y el sudor en su rostro se mezclaban con sus lágrimas, mientras sostenía la bandera de Ecuador.

“Estaba bastante emocionado, era mi primera maratón. Había atletas que te encontrabas y tenían historias de vida. Decían: ‘Yo corro porque perdí a mi esposa’, otros porque tuvieron cáncer y lo vencieron. Cada uno tenía su razón. Muchos estaban allí para superar sus propios récords. Un chico hasta corrió con dos pelotas de básquet toda la competencia. Y todos te motivan”, recuerda el capitán de Policía.

Su amor por el atletismo

Desde 2019, tras su primera participación, este tipo de eventos deportivos se convirtieron en la segunda pasión de Ávila. La primera sigue siendo ser policía, una labor que desempeña desde hace 17 años.

El deseo de convertirse en atleta nació precisamente cuando estaba de visita en Berlín, en 2018. Mientras se encontraba en la estación central del metro, vio un cartel gigante y colorido que promocionaba la competición.

“En el anuncio se veía a muchas personas corriendo. Se las notaba cansadas, pero a la vez felices. Eso me motivó y dije: ‘Yo también quisiera correr’. Cuando regresé a Ecuador, busqué información, llené los datos y me aprobaron, porque para correr tienes que llenar bastantes campos, tener actividad física, buena condición de salud, sin enfermedades, cirugías, etcétera”, detalla.

Sus sacrificios por el deporte

Desde ese momento su vida cambió. Principalmente, mejoró su alimentación e incrementó su actividad física de una o dos veces por semana a seis jornadas de entrenamientos especializados para correr.

Su sacrificio también pasó por dormir bien y evitar trasnocharse. En todo ese esfuerzo fue vital el apoyo de su pareja, familia y amigos, quienes lo incentivaron a no rendirse.

“Tú sientes que tu cuerpo cambia, te sientes con más energía, más fuerza. Eso también te ayuda en el trabajo diario. En mi caso, como policía, me toca trabajar en contra de personas al margen de la ley, que tal vez pueden ser más corpulentas, más grandes. Pero si tienes una buena condición física, puedes sobreponerte a eso”, comenta.

Reconoce que ser policía y deportista no es fácil, pero quiere demostrar que el deporte puede ser una herramienta de transformación personal y profesional. Para él, servir a la sociedad y correr tienen un factor en común: dar lo mejor de sí.

Va por su sexta maratón

Ávila se planteó como objetivo correr las consideradas seis mejores maratones del mundo: las de Berlín (Alemania), Tokio (Japón), Londres (Reino Unido), Chicago, Nueva York y Boston (Estados Unidos). Hasta ahora ha participado en cinco de ellas. Solo le falta la de Boston, prevista para abril de 2026.

Su última competición fue hace poco. El domingo 27 de abril, hace menos de un mes, fue uno de los 56.640 corredores que culminaron la edición de Londres 2025, que entró al libro de los Récords Mundiales Guinness como la maratón con el mayor número de finalistas (superó a la de Nueva York 2024, en la que 55.646 personas finalizaron la competencia).

“Tener las medallas de las Six Majors (las seis maratones más importantes), eso trasciende. Quiero dejar este ejemplo a la ciudadanía y a mis compañeros policías. Nosotros tenemos nuestras funciones, pero a la par podemos realizar actividades deportivas y cumplir cualquier sueño si nos lo proponemos”, recalca.

Atletismo le dejó amistades

Su afición por el atletismo también le ha regalado amistades. En Ecuador, en la carrera Quito 15K, conoció a un grupo de deportistas con quienes ahora tiene una divertida tradición: participar en las maratones usando ternos. Los conocen como Los Caballeros de la 15K.

Entre sus mayores satisfacciones también está haber motivado a otros compañeros policías a correr. “Tengo colegas que han querido cambiar y hacer deporte. Les doy tips y me da alegría ayudarlos (...). Conocí a un oficial que se rompió los ligamentos jugando fútbol. Le dije que se iba a recuperar y que iba a correr. Él prometió que lo haría y ahora compite en carreras. Cambió su estilo de vida”, cuenta emocionado.

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