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La obra de origen inglés fue adaptada a la realidad ecuatoriana.Fotos: Ángelo Chamba y cortesía/ EXTRA

‘Lluchitos’, en la sala de un cine

Ladies Night buscó un escenario para llegar al público del sur de Quito y debió adaptarse a una sala de proyección de películas.

Desvestirse fue un reto, pero no tanto como ‘trasladar’ el teatro a una sala de cine. La obra de teatro Ladies Night (Noche de chicas) se ‘apoderó’ de la cartelera de una cadena de cines, ubicada en un centro comercial del sur de Quito.

El actor Alfredo Espinoza lleva 30 años sobre las tablas, por ello sabe bien que las obras deben adaptarse a los escenarios. En 2014, el libreto de origen inglés llegó a sus manos y él lo tradujo y acondicionó a la realidad nacional.

“Se trata de un grupo de amigos que no tiene trabajo y decide generar ingresos haciendo striptease. Es exacto a la obra original, solo que se desarrolla en La Michelena”, detalló el contenido de la obra en la que los actores terminan ‘lluchitos’.

Según las características de cada personaje, Espinoza ya sabía quién era el actor adecuado para interpretarlo. “Para el papel que sí hicimos un casting fue para el de la coreógrafa, y Marliz Romero fue la elegida”, añadió.

Para llevar la obra a la sala de cine fue necesario montar una tarima en los 10 metros existentes entre las butacas y la pantalla. “Adaptamos un telón”, comentó el comediante Eduardo ‘Mosquito’ Mosquera, otro de los protagonistas. La ausencia de camerinos complicó un poco el asunto, pero los actores no sienten pudor al cambiar su vestuario frente a sus colegas.

Marliz, la única mujer del elenco, está acostumbrada a trabajar entre chicos. Su personaje no se quita la ropa, pero es quien les enseña a bailar sensualmente. “Creo que poco a poco cada uno fue aprendiendo a sentirse sexy”, dijo.

Antes de iniciar los ensayos, el reto era hacer un show frente a los compañeros. “Me moría de miedo”, confesó Espinoza. “El cuerpo ya no es el mismo que antes, veo unas fotos y me veo muy flaco”, puntualizó el artista Christoph Baumann, de 63 años, quien comparte escenario con su hijo Gabriel.

Una comedia para romper con el machismo

Aunque la obra es una comedia, el contenido social que expresa es profundo, a criterio de Espinoza. “Se trata el tema del machismo en sus distintas representaciones”, detalló.

Cada uno de los personajes representa una forma patriarcal, que se busca romper durante toda la trama. La obra se desarrolla en el bar El papi, que también expresa el dominio de esa figura dentro de la sociedad. “También invita a la gente a aceptarse como es, con el físico que uno tiene”, concluyó Romero.