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Este hábito puede desencadenar problemas médicos y dentales bastante serios.
Es un hábito. Algunos creen que es algo normal, y que lo hacen porque están nerviosos, tensionados o, en ocasiones, ansiosos. Sin embargo, comerse las uñas es una conducta “socialmente inaceptable”, como lo califica un informe psicológico de la Universidad de Michoacana, de México. Pero, ¿por qué se comen las uñas?, ¿desde cuándo lo hacen?, ¿es una enfermedad?...
Las uñas son la superficie cutánea de la punta de los dedos. Son láminas queranitizadas densas, las cuales facilitan las tareas de tomar cosas, abrir objetos e incluso sirven como herramientas para proteger de agresiones externas el extremo de los dedos. Se calcular que a lo largo de la vida, a una persona le creen aproximadamente 286 centímetros de uña.
Para aquellos que se muerden las uñas, no les resulta incómodo ver cómo otras personas lo hacen. Pero, esa conducta puede ser tomada con desagrado por gente que entra en contacto con quien come sus uñas en un lugar público (esto generalmente ocurre), en una cita, en una entrevista de trabajo, o también en una ‘farra’.
¿A qué se debe? Algunos expertos han arrojado hipótesis sobre esta conducta. La BBC Mundo, por ejemplo, reveló que este hábito es generado por “la detención del desarrollo psicosexual en la fase oral (según Sigmund Freud)”, pero otros psicoterapeutas consideran que podría tratarse de “infralimentación o sobrealimetación”, un periodo demasiado largo de lactancia o una relación problemática con la madre.
También hay aquellos que creen que esto sucede porque se tiene antipatía con uno mismo. A la final, esta conducta “incorrecta y deformante”, según el informe de la Universidad de Michoacana, genera consecuencias como “alteraciones” si se mantiene por largos periodos y, además, puede producir problemas en el desarrollo físico y emocional de un niño.
El nombre médico de esta conducta es onicofagia, que deriva de dos palabras griegas: onyx (“uña”) y phagein (“comer”). Este fenónemo es muy frecuente, sobre todo, en niños y adolescentes. Las estadísticas mundiales señalan que el 45 % de jóvenes lo hace, y el 10% de los adultos mayores de 35 años se muerde las uñas de manera compulsiva.
¿Hay alguna cura? Existen diversas técnicas de modificación de conducta que son muy útiles, pero el autocontrol es la tendencia para controlar aquel hábito que no solamente causa incomodidad, sino que también desencadena problemas médicos y dentales bastante serios.
Y, aunque quienes se comen las uñas saben que no lo hacen todo el tiempo, es mejor que esa conducta se elimine de sus vidas. Además, porque si la olvidan, sí les servirá el cortaúñas que tienen apilado en un cajón del aparador viejo de la casa...
Cinco curiosidades de las uñas
1. Son altamente sensitivas. Son de los órganos más sensitivos de nuestro cuerpo y de mayor importancia, principalmente la punta.
2. Las uñas pueden manifestar enfermedades. La FMD, indica que al ser parte de nuestro cuerpo, las uñas pueden reflejar enfermedades de tipo cardiaco, pulmonar o genéticas.
3. Corte adecuado. El corte adecuado debe ser cuadrado para evitar lesiones o que las uñas “se entierren”. Evita cortar las uñas muy pequeñas en las esquinas.
4. ¿Hay diferencia en el crecimiento de las uñas, entre hombres y mujeres? En los hombres crecen más rápido que en las mujeres; sólo durante el embarazo, las uñas de las mujeres crecen más rápido.
5. ¿Cuál es la época del año en que más crecen las uñas? En verano, porque el aumento de la temperatura activa el riego sanguíneo y, por tanto, nutre mejor la uña.