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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

¿Qué ocurre cuando el cerebro despierta antes que el cuerpo?

Este trastorno del sueño, que se sitúa dentro del grupo de las parasomnias, afecta a 1 de cada 1.000 habitantes.

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Te levantas luego de una larga siesta por la tarde o quizá en el medio de la noche cuando tratabas de descansar las horas necesarias para no dormirte en el trabajo al siguiente día. De inmediato, te das cuenta: aunque estás despierto, tu cuerpo no puede realizar ningún tipo de movimiento.

Este es un episodio bastante común. Y suele generar cierta angustia a quien lo vive, pues suele ir acompañado de alucinaciones... pero, ¿qué es lo que le ocurre? Es probable que hayas experimentado una parálisis de sueño.

Este es un fenómeno por el que se produce un despertar incompleto de la persona. Aparece en las transiciones entre el estado de sueño y vigilia, normalmente en el momento de comenzar a dormir o en el de despertarse.

Este trastorno del sueño, que se sitúa dentro del grupo de las parasomnias, según la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño, afecta a 1 de cada 1.000 habitantes.

¡Tranquilidad! Según el doctor Diego García-Borreguero —director del Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS), y expresidente de la Sociedad Española del Sueño (SES)—, entrevistado por Efe Salud, este fenómeno “tal vez sea más frecuente de lo que pensamos”.

Durante la fase del sueño REM (rapid eye movements o movimiento de ojos rápido, en español) existe una gran activación de la corteza cerebral, se producen los sueños y se da una atonía muscular generalizada. En ocasiones, estas características fisiológicas del sueño REM, “se introducen de alguna manera en la fase NO REM, es decir, entre el sueño más profundo y la vigilia”, explica el doctor.

La persona que se encuentra bajo esta parálisis, está cognitivamente despierta pero experimenta una sensación de paralización de, prácticamente, toda la musculatura voluntaria excepto los ojos y el diafragma respiratorio. También es característica la paralización de la laringe, lo cual imposibilita el habla de la persona mientras se produce este trastorno del sueño.

La duración de estos episodios suele ser variable. Generalmente son de una duración corta, de entre veinte segundos hasta dos minutos. Pasado ese tiempo, la parálisis remite espontáneamente y sin consecuencias. Hablar de un período de duración más largo es inhabitual.

“Cualquiera de nosotros, en una situación de privación del sueño crónica o continuada, puede en algún momento acabar desarrollando parálisis del sueño”, asegura García-Borreguero.

Uno de los síntomas que frecuentemente acompaña a la parálisis del sueño son las alucinaciones hipnagógicas (alucionaciones auditivas, visuales y/o táctiles). Las más comunes son las de tipo sensitivo (cenestésicas) y visuales, mientras que las auditivas son las más infrecuentes.

No obstante, el doctor matiza que “se las llama alucinaciones pero en realidad son pseudoalucinaciones”, pues la persona que las padece sabe de manera fehaciente que lo que siente, ve o escucha no es real.

Por ello, aunque este tipo de pseudoalucinaciones puedan estar detrás de supuestas experiencias paranormales, quien sufre parálisis del sueño “raramente les da credibilidad” y lo más probable es que detrás de estos sucesos “haya cuadros psiquiátricos o esquizofrénicos“, argumenta el doctor.

¿Por qué se produce la parálisis del sueño?

En orden de frecuencia (de mayor a menor probabilidad), las causas por las que un individuo puede llegar a desarrollar parálisis del sueño son:

Asociado a otra patología: La parálisis del sueño puede ser síntoma de otra enfermedad. La más frecuente es la narcolepsia, una enfermedad por la que se tienen dificultades para mantenerse despierto durante el día. Estos pacientes presentan de manera muy frecuente ataques de cataplejia (paralización muscular), parálisis del sueño y alucinaciones hipnagógicas.

Causa aislada relacionada a privación del sueño severa: En segundo lugar, la parálisis del sueño afecta a sujetos sanos que se encuentran sometidos a privación del sueño severa.

Causa de tipo familiar: La causa de tipo hereditario es la menos frecuente. Se produce cuando hay varios miembros de la familia que padecen parálisis del sueño como síntoma único. Para proceder a su diagnóstico, en primer lugar habrá que descartar que el paciente sufra narcolepsia. Seguidamente, se hará una investigación sobre cuánto duerme o cuánto necesita dormir el paciente y, en su caso, determinar si hay déficit de sueño.

Si estas dos circunstancias no se producen habrá que pensar si hay más casos en la familia y se presenta, por tanto, como síntoma único.

Por tanto, si la parálisis del sueño aparece como síntoma aislado no tiene mayor importancia y no suele ser necesario tratarlo. En caso de que persista durante más de tres o cuatro semanas seguidas o de que produzca una pérdida de calidad de vida y no permita conciliar bien el sueño, habrá que acudir al especialista ya que puede realizarse un tratamiento.

La clave está en el descanso

El estrés o el jet lag son situaciones que comúnmente desencadenan los episodios de parálisis del sueño. Esto es así, en la medida en que al dormir menos, se entra en privación del sueño y puede producirse este trastorno como síntoma del sueño.

Mantener horarios de sueño estables, dormir por lo menos siete horas y media cada día, evitar trabajos por turnos, trasnochar o evitar la toma de fármacos que influyan sobre el sueño REM (como antidepresivos), ayudará a que estemos menos predispuestos a padecer parálisis del sueño.

¿Existen riesgos para la salud?

No, “la parálisis del sueño no entraña ningún riesgo para la salud”, asevera García-Borreguero. La duración de estos episodios es breve y no implica la paralización de ningún tejido muscular necesario para las funciones vitales.

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