Santa Elena: Vida eterna al palo santo
Con un proyecto incentivan a los habitantes de dos comunidades a no cortar los árboles, sino a extraerles solo la esencia.

Un grupo de comuneros trabaja en planes de reforestación.
Conservar el palo santo, árbol ancestral, es el principal propósito de los habitantes de las comunidades San Marcos y La Aguadita, de Santa Elena, donde trabajan en un plan de reforestación.
La acción en conjunto entre los comuneros con la Unidad de Conservación de la Prefectura de Santa Elena y la organización Cooperación Alemana GIZ empezó con un levantamiento topográfico en parcelas de cada uno de los campesinos con la finalidad de conocer la biodiversidad de flora, fauna y vegetación con la que convive el palo santo.
Con el levantamiento de información se estudiarán todas las variables para la obtención de la esencia de palo santo, así como el incienso. Este último producto se obtendrá de las ramas secas o árboles que hayan muerto en el bosque en un tiempo aproximado de cuatro años.

NO TALAR
En estas poblaciones existen 10.250 hectáreas de este árbol y por ello se incentiva a los comuneros para que no corten la planta, sino que extraigan la esencia para la comercialización.
La Prefectura de Santa Elena ha adecentado un centro de acopio con equipos para que los comuneros la utilicen en la extracción de las sustancias de palo santo.
“Se extrae la esencia sin dañar la madera, así se podrá conservar la planta por mucho tiempo”, comentó Mateo Lima, habitante de San Marcos.
Los comuneros ven con agrado que una empresa extranjera haya mostrado su interés por exportar el incienso de palo santo.