Su voz y el dialecto colombiano son las marcas inconfundibles de la locutora Sara Pineda, quien a sus 23 años ha logrado abrirse camino, como toda una experta, dentro de la radio. Por esa razón, quienes conocen de su trayectoria la llaman la Nena.

Empezó en la locución cuando estaba en el colegio, pero no en su natal Villavicencio, sino en Guayaquil, ciudad a la que arribó en compañía de su mamá, a la edad de 13 años, para estar en el nacimiento de su primer sobrino.

Lo que debieron ser doce meses de estadía se convirtieron en once años, tiempo que Pineda aprovechó para educarse. Terminada la colegiatura, arrancó con la carrera de Comunicación Social en la UIDE, con mención en comunicación organizacional y relaciones públicas. De inmediato siguió con una maestría en marketing y comunicación.

Antes de ingresar a la radio, Sarita -como le dicen sus seguidores- pasó por un proceso de aprendizaje sobre liderazgo que le fue abriendo camino hacia lo que hoy es su pasión: la comunicación. En esa transición contó con el apoyo de José Luis Macas, quien la escogió para que formara parte del grupo de jóvenes líderes. Y así una cosa condujo a la otra, hasta llegar a una conocida radio local en la que lleva 5 años divirtiendo a sus oyentes, a través del programa llamado ‘El swing de la tarde’.

¿Cómo se da ese empujón para entrar a la comunicación?

Era la presidenta del colegio, estaba en segundo año. José Luis Macas vio potencial en mí cuando me vio dando un discurso y me escogió. Así me encaminó al ámbito de la comunicación. Quiso lanzar una radio digital y le elaboré una propuesta que se puso a prueba y duró hasta la pandemia, el espacio se llamaba ‘El desparche’.

Así das tus pinitos en la locución.

Sí, ahí fueron mis inicios en locución, en una radio digital llamada Radio estudiantes 2000. José Luis me otorgó una beca. Llegué a él por el programa ‘Competencia líderes’, que pasó una convocatoria para todos los colegios de Guayaquil, de los cuales se escoge a uno o dos becados, y yo fui una de las seleccionadas. Estaba en un proyecto de liderazgo para jóvenes. Luego del colegio, acudía a la Universidad Católica, donde atendía clases. Es un semillero.

¿Qué vino después de todo ese aprendizaje?

En la Católica obtuve una certificación de liderazgo por competencia, que duró cerca de año y medio.

¿Cómo llegas a la radio donde laboras actualmente?

Recuerdo que en el 2017 me invitaron para que animara un concierto y hubo una falla técnica en el escenario. Se fue la luz. Yo agarré el micrófono y me puse a improvisar tratando de animar al público, haciendo tiempo hasta que todo se solucionara. Por casualidad, ahí se encontraba Fernando Heredia, director de radio Tropicálida, quien me invitó a un casting, pero era menor de edad. Me esperaron un año, cumplí los 18 y me contrataron.

Saber improvisar te cambió la vida.

Ya tengo 5 años en la radio. Locuto en un programa de entretenimiento musical, donde además hacemos muchas dinámicas, llamado ‘El swing de la tarde’. Es 90 % música y 10 % acompañamiento. Somos la mejor compañía para los oyentes.

Suele pasar que los oyentes se enamoran de la voz de quien locuta, ¿te han salido pretendientes?

Me llevan detalles a la radio en fechas especiales, enamorados secretos, pero son oyentes. Lo más raro que me han llevado fue para un cumpleaños, llegó un arreglo de dulces, cartas, desayunos, flores. Hasta la torta de cumpleaños.

Pone límites

“Nunca he tenido amoríos con ningún oyente. Yo no acepto invitaciones. Han salido desubicados, pero les pongo límites. En mis redes nunca he tenido ‘haters’ (odiadores), pero si en algún comentario me dijeron algo subido de tono, les escribo por interno pidiéndoles que me respeten. Por suerte, lo han tomado bien y se disculpan. Hay que educarlos”.

Emprendedora

Hace 7 años empezó un pequeño negocio de desayunos, detalles y flores a domicilio. Ella los prepara y organiza, trabajo que cuenta con la ayuda de su mamá y su hermana. Su proyecto a futuro es que su emprendimiento, que ya está consolidado, crezca con equipos de trabajo. Dice que ha ido aprendiendo y creciendo con ese trabajo. No ha parado. Ha hecho su carrera a la par de su negocio.

Raymundo Zambrano: El defensor del amorfino

Leer más