Ellos también fingen

Las mujeres fingen alcanzar el clímax por diferentes razones, como no lastimar los sentimientos del otro; sin embargo, no son las únicas que pretenden bajo las sábanas: ellos también se valen de los orgasmos falsos durante los encuentros sexuales.

Así lo determina una encuesta realizada por Bijoux Indiscrets, una marca de artículos eróticos, que cuestionó a más de 1.400 personas al respecto, publica El País. Ahora, de seguro eres tú el que pregunta algo y esto es: “Pero, ¡¿cómo lo hacen?!”

Aunque los hombres tienen una “obviedad fisiológica”, por lo que se les dificulta fingir, como lo describe la sexóloga Ana García, citada por ese medio español, el 21, 2 % ha pretendido llegar a la cúspide del placer en alguna ocasión según el cuestionario, aunque las mujeres continúan liderando las estadísticas en ese aspecto.

La “más llamativa era la cifra del 8,4 % de los varones que decía falsear casi siempre sus orgasmos (casi tantos como mujeres: 11,8 %). Con estas cifras en la mano, el ser humano se perfila como un crédulo sexual: solo el 10,4 % de las mujeres y el 15,6 % de los hombres creía que su pareja actual fingía los orgasmos”, apunta.

Ellas

En 2014 la Escala de falsificación del orgasmo para las mujeres determinó que los motivos son cuatro, tras analizar las respuestas de un grupo de 481 mujeres heterosexuales, según se expone en Research Gate:

- Engaño altruista: De esa manera se describen las situaciones en que ellas pretenden haber llegado a la ‘cima’, pues les preocupan los sentimientos de su compañero sexual.

- Miedo e inseguridad: La mujer falsea el orgasmo “para evitar las emociones negativas asociadas con la experiencia sexual”.

- Elevación de la excitación: Cuando a través de esa ‘actuación’ se busca incrementar realmente la excitación propia.

- Abstinencia sexual: Fingir el orgasmo para ponerle fin a la relación sexual.

Ellos

Uno de los motivos por los que ellos aparentan haber alcanzado el orgasmo, es porque se sienten avergonzados de no haberlo hecho en primer lugar. “En su caso lo intentan por todos los medios, a diferencia de las mujeres, pero si ven que llega un punto en el que no [van a poder], lo fingen por vergüenza, ya que la sociedad impone que ellos siempre quieren y pueden”, advierte García.

La necesidad de comunicar

“Gemir y hacer como que ‘sí’, cuando en realidad ‘no’, es engañar a otra persona y a una misma”, dice la sexóloga María Esclape, autora del libro Inteligencia Sexual.

“El plan no funcionaría si no existiera el mito de que ‘para que una relación sexual sea satisfactoria esta tiene que culminar con un orgasmo’. Esta falsa idea provoca que cuando el orgasmo no sucede, se genere una frustración en la pareja, y por tanto ‘se prefiera fingir y no dañar la autoestima del otro’”, publica el rotativo español.

La forma de no atascarse el en el ‘bache’ de los falsos orgasmos es conversar sobre preferencias sexuales con los compañeros íntimos, siempre tomando en cuenta el placer de ambas partes.