Exclusivo
Buena Vida
Suegras y suegros: cinco estereotipos que los catalogan como ‘insoportables’ y qué tan ciertos son
Chistes y dichos populares que tienen a los suegros como protagonistas son síntomas de que algo pasa con ellos. ¿Qué puede ser? ¿Reflejan en algo la realidad? Veamos.
La influencia de los suegros puede ocasionar problemas en la pareja. Así lo afirma la socióloga Martina González Arregui, quien dice que además de sobrellevar los comentarios de los suegros, las opiniones de otros miembros de la familia pueden ocasionar roces que pueden terminar en peleas graves y luchas de poder.
Es que según González, el hogar de origen, como todo símbolo, encierra una “ambivalencia psicológica”. Ofrece arropamiento, calor de familia y enraizamiento, pero a su vez representa también una tentación de nunca querer hacerse adulto.
“El miembro que depende de sus padres es infantilizado y no rompe el cordón umbilical para enfrentarse a las responsabilidades de su nuevo hogar. Arrastra además al otro miembro de la pareja a una situación angustiosa y a veces traumática, que produce rabia, ansiedad y tristeza”, explica la catedrática de la Universidad Estatal de Milagro.
Pero hasta aquí, la profesional indica que el problema de ‘mamitis’ puede tener solución. La cuestión se complica cuando los padres de los esposos quieren gobernar sobre sus vidas haciendo que el matrimonio —en muchos casos— tienda a fracasar y deslumbre una posible fobia hacia ellos.
Estamos hablando de la socerafobia, que en palabras simples es sentir nervios e inseguridad ante un encuentro con los suegros.
▷Lee también: ¿Por qué el miedo de presentar a tu pareja?
“Sentirse observado y analizado, tener miedo de no cumplir las expectativas de los suegros, querer dar una impresión buena a tu pareja delante de sus padres hacen que la ansiedad y el nerviosismo aparezcan en estas situaciones”, dice González.
La socerafobia surge cuando ese miedo o nerviosismo aparece o se mantiene acompañado de una ansiedad desproporcionada. Este miedo injustificado —afirma González— produce mucha angustia y es difícil de manejar para quien la sufre.
Y es aquí donde los estereotipos hacia los suegros marcan una tendencia cultural en nuestro entorno, lo que hace que todas las familias crean que la familia política siempre es la ‘mala’.
Lo que se conoce de los ‘suegritos’
Tal como indica el psicólogo clínico Enrique Salvatierra Donoso, de la Universidad de Guayaquil, las dificultades suelen darse entre las suegras y sus nueras, ya sea a raíz de estilos de vida distintos o diferencias sobre los valores de cada una.
Otra preocupación clásica es que los suegros temen perder la cercanía con su hijo o hija, al que además quieren que estén en lo que ellos consideran “buenas manos”.
“Tú solo le haces caso a tus padres”
El experto aclara que no todo lo que dicen los suegros es negativo. “Muchos de ellos buscan el bien para sus hijos, pero muchas veces no tienen el tino adecuado para emitir un comentario sobre el rumbo de la relación”, dice.
Agrega una clave que todo hijo que ha formado una pareja debe recordar: “Siempre dale prioridad a tu pareja y a la familia que formaste”. Es decir, acepta lo que tu compañero (a) diga, piense y sienta, poniéndose en sus zapatos aunque no estés de acuerdo, recuerda que se puede respetar y disentir al mismo tiempo.
“Los suegros son metiches y brujos”
“Esto es algo cultural, no todos los suegros se meten en la relación”, afirma Salvatierra. Asimismo, el profesional dice que cuando los suegros se meten en la relación es cuando el matrimonio de sus hijos está en un momento “turbulento”.
▷Lee también: Me comprometí contigo, no con tu familia
La mayoría de las veces —apunta— el problema está en no saber manejar la comunicación. La pareja asume e interpreta los mensajes que vienen de terceros, creándose un malestar entre los miembros de la pareja durante días, meses o años.
Sin embargo, es bueno que los padres opinen, siempre y cuando los casados lo permitan. Incluso, tienen que estar todos presenten para que los comentarios vertidos no se hagan chismes y dificulten aun más la comunicación conyugal.
“Las suegras meten cizaña”
En este punto, Martina González dice que aunque se las ha calificado de entrometidas, controladoras, imprudentes y conflictivas, hay “suegras y suegras”.
Pero los problemas con la suegra o el suegro empiezan cuando se inmiscuye, como autoridad, en asuntos de pareja. Incluso —dice— a veces subestiman a la nuera frente a su marido y a sus nietos.
También hay algunas suegras que están convencidas de que su hijo o hija pudo tener una mejor pareja y se encargan de hacerle la vida imposible a esta. Cuando la nuera o el yerno no pone límites —comenta la entendida— los problemas pueden agravarse al punto de comprometer la relación entre la pareja.
La mejor solución es apoyar al otro miembro de la pareja y forma juntos un solo frente común que muestre una posición definida, con una actitud firme y decidida ante ese tercero, que se expresa con palabras, gestos y actitudes ante los suegros, cuñados, hermanos e hijos.
“¡Es ella (él) o nosotros!”
Para Salvatierra, los suegros pueden ser manipuladores y agarrarse de eso para hacer su voluntad frente al matrimonio. “Esto ocurre cuando los padres nunca aprobaron el matrimonio porque hay suegros que son muy dulces”, aclara el psicólogo.
Ante esto, el catedrático aconseja tomar distancia —en el caso de que los suegros manipulen—. “Unos padres o suegros posesivos, incapaces de asumir que su hijo (a) tiene que hacer su vida y que a partir de cierto momento deben ocupar un segundo o tercer lugar, deben ser colocados en ese sitio, con firmeza y decisión”, explica.
▷Lee también: El síndrome de la mala madre
Un tercero en la vida de la pareja debe entender la nueva jerarquía de afectos que se genera con el nuevo hogar, debe saber estar en su nuevo sitio. De lo contrario puede ser responsable, así sea involuntariamente, de generar en la recién formada pareja una crisis innecesaria e incluso el rompimiento.
“Tus padres nunca me han querido”
“Esta es la típica frase cuando ha pasado un problema”, señala Salvatierra, ya que en esta instancia los suegros se meten porque hay antecedentes no tan buenos en la relación.
“Es importante respetar las opiniones de los suegros porque de ellos depende que tu anterior fracaso no salga a la luz cuando hay problemas. Es mejor escucharlos y ofrecer un cambio positivo para que olviden el hecho bochornoso”, sugiere Salvatierra.
Ademas, el profesional recomienda disminuir las actividades familiares y sociales con ellos. Ve solamente a lo indispensable. Esta actitud que, según Salvatierra, refuerza a tu pareja y le da importancia, les mostrará a ellos que ocupan también un lugar en su corazón, pero un segundo o tercer lugar y podrás dar seguridad a tu pareja y no te van a “mangonear”.
Consejos para llevarse bien con los suegros...
Para poder tener una relación agradable con los suegros, González recomienda cultivar el contacto y hablar abiertamente sobre las diferencias en la familia. Dejar en claro cuáles son las reglas en lo que respecta a la cercanía y al apoyo puede evitar peleas e incluso la desilusión ante expectativas que no son cumplidas.
▷Lee también: ¿Quiénes temen al compromiso?
“Hay quienes quieren conquistar el corazón de sus nuevas familias políticas con ramos de flores, múltiples ofrecimientos de ayuda o cumplidos. Todo puede ser bueno, pero lo principal es que sea sincero”, dice.
Y quienes se encuentren ante un muro de rechazo o escepticismo, ¡paciencia! Más vale mantener una distancia amable y apostar por el paso del tiempo.
Una opción es invitar una o dos veces por año a los suegros a casa, por ejemplo, en ocasión de algún cumpleaños.
“Romper por completo el contacto no suele ayudar. Más vale hacerse a la idea de que el vínculo no pasará a mayores. De ahí en más, tal vez nazca algo mejor”, concluye, sobre la relación con los suegros.