Testamento del Año Viejo 2025: lo que Ecuador quema entre dolor, humor y esperanza

Llega el 31, sin ser el más esperado, pero sí el más sudado, vivido y desbordado. Con esperanza en la cara y el calor apretando, el ecuatoriano despide al año quemando.

Se va el 2025 sin culpa ni perdón, entre cartón, muñecos y fuego en combustión. Que se vaya lo malo, que no vuelva empeorado, que el humo se lo lleve bien lejos, bien quemado.

Pero antes del fósforo, del grito y del fiestón, leamos su testamento con memoria y razón. Que el humo suba alto, que el deseo esté activado: si algo nos deja este año… que sea empezar renovados.

Porque este año no se va callado ni elegante, se va dejando herencias… algunas muy pesadas, otras picantes.

En lo social

Nos deja el alma partida, la paciencia agotada, la incomprensión guardada y la rabia acumulada.

Nos deja lágrimas prestadas que nunca devolvió, viudas, huérfanos y un grito que en la garganta se quedó.

Ciudades con el corazón encogido, puertas cerradas temprano y miedo a salir.

Un país que aprendió a mirar atrás al caminar, y a rezar antes de salir… por si no puede regresar.

El 2025 nos hereda dolor, silencio y temor, pero también el deseo urgente de vivir sin terror.

Que el 2026 nos devuelva la calma perdida, y que Ecuador vuelva a ser casa… y no zona prohibida.

A mi hijo Danielito

Estimado Daniel Noboa, presidente del país, te dejo un pasaporte grande… más que la fe que aún existe aquí.

Pero hijito querido, ya bájale al avión, que Ecuador también existe fuera del salón VIP y de tanta excursión.

Si tú estás bien, el país también respira, pero acuérdate de que la seguridad no se trae en maleta fina.

Viaja, aprende, regresa y quédate un ratito más, que aquí te queremos presente, no en modo “luego te llamo, quizás”.

Aquiles Álvarez, mi hijo

Querido Aquilito, te dejo en herencia sincera dos quintales de paciencia… porque la pelea no espera.

Te dejo un celular nuevo, con datos ilimitados, para que sigas en TikTok opinando y peleando.

También te dejo una banda para usar en el futuro. Ojo… no es musical. Tú sabes a qué me refiero, te lo juro.

Gobernar no es solo likes, ni frases para viralizar; es apagar incendios… no solo grabarlos para postear.

Mi gente de La Tri

A los que aman a la Tri, les dejo un manual urgente, para que se lo pasen a Sebas Beccacece inmediatamente.

Un instructivo sencillo: correr, patear y ganar, y convocar a los que hacen goles… no a los que saben hablar.

Que el Mundial no se juegue solo en discurso; que se juegue con huevos, fútbol y orgullo en el recurso.

Y Beca, no te olvides, por favor y sin excusas: los partidos se ganan en la cancha… no en ruedas de prensa confusas.

Barcelona, ¿qué te pasa?

A mis hijos hinchas de Barcelona de Guayaquil, les hablo con dolor, no se resientan tanto… porque el 2026 tampoco pinta mejor.

Lo siento, no es maldad, es solo realidad. Hay años en los que se juega con fe… y en otros con resignación total.

Si les sirve de consuelo, les dejo en este papel carnés de socios de Liga y de Independiente también.

No es traición, es supervivencia emocional. A veces hay que ganar algo… aunque sea prestado y ocasional.

Farándula nacional

A la farándula le dejo escándalos reciclados, de esos que se repiten más que comerciales mal grabados.

Romances exprés, peleas en redes sin razón, fama sin talento y opiniones sin corazón.

Les dejo influencers opinando de todo, políticos explicando nada y creyéndose sabios a su modo. Polémicas que duran menos que historia de Instagram activado, pero hacen ruido sin pausa… porque el silencio no les da mercado.