Exclusivo
Buena Vida

Un amor de peso
Por Ángel Amador
Quien dijo que las gorditas no tienen una vida sexual activa, no conoce a Irene. Hoy, les contaré la historia de esta simpática secretaria un poco pasadita de peso, lo que no es impedimento para buscarse su ‘cualquier cosita’ y, de vez en cuando, salir a divertirse, tomar unos tragos y bueno... ya saben.
Un día, Santiago, un técnico en electricidad, llegó al lugar de trabajo de Irene. Él tramitaba su divorcio a través del jefe de ella, un juez. Este funcionario de justicia era conocido como uno de los más inflexibles, por lo que Santiago encontró en la secretaria del juzgado una puerta para conocer el avance de su caso. Cada vez que iba le llevaba unas papas fritas, salchipapas, papipollo o una hamburguesa con tocino, las preferidas de la mujer, y ella le soltaba en corto uno que otro dato de su caso.