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Abraham Rosero necesita el mismo tratamiento que Messi

Abraham Rosero de 13 años, que mide 1,30 metros, necesita someterse a un tratamiento hormona de crecimiento, tal como lo hizo Lionel Messi.

Abraham Rosero
Abraham Rosero (i) es una de las figuras que tiene la Sub 13 de los Búhos de Guayaquil.Christian Vinueza

Abraham Rosero está dispuesto a realizar cualquier sacrificio con tal de llegar a ser un futbolista profesional y sacar a su familia de la pobreza.

Y cuando habla de cualquier sacrificio se refiere a uno puntual: soportar las inyecciones de un tratamiento hormonal, que lo ayudarían a crecer.

Rosero, de 13 años, mide apenas 1 metro con 32 centímetros y está consciente que para su edad es ‘bajito’, por lo que está dispuesto a someterse al mismo tratamiento que se le aplicó a Lionel Messi en la niñez.

“Sé que soy muy pequeño para mi edad. Por el momento eso no me impide jugar, pero si quiero llegar al fútbol profesional tengo que aguantar unas inyecciones que me van a ayudar a crecer”, dijo el talentoso volante de la sub-13 de los Búhos.

Abraham, quien es una de las figuras del cuadro guayaquileño, que hoy visita a Liga de Quito en el inicio de los playoffs del torneo nacional sub-13, destacó que su intención es ayudar a su familia a mejorar económicamente.

“Quiero jugar profesionalmente, creo que de esa forma voy a poder comprarle una casa a mis padres y hermanos”.

Durante el último partido de la fase de grupos del campeonato nacional, que se dio ante Barcelona, el Messi de la Ladrillera (conocido así en el sector donde vive), demostró no tenerle temor a defensores que lo superaban en estatura.

“Muchos me pasan en porte, pero eso no me da miedo. Antes aprovecho que soy bajito para sacarme la marca, aunque me toca recibir bastantes patadas (risas)”.

Érika Ayala, su madre, quien siempre lo acompaña en cada partido, comentó que muchas veces prefiere no ver cuando Abraham encara a los defensas.

“Yo sufro desde afuera, porque a mi hijo le pegan mucho. Pero pese a eso, siempre estoy aquí alentándolo”, dijo su progenitora.

Abraham lleva menos de un año jugando en los Búhos y en poco tiempo ha hecho una buena amistad con Leonel Cevallos.

La amistad con la Pepona, como conocen a su compañero de equipo, se ve reflejada dentro del campo de juego, pues Cevallos y Rosero juegan de memoria.

Leonel es mi mejor amigo. Siempre conversamos, no solo cuando estamos en el equipo, sino también afuera. Dentro de la cancha me junto bastante con él, ya que siempre me pone buenos pases”.