Las gradas del estadio Monumental estaban ‘apagadas’. La hinchada llegaba, pero nadie se atrevía a decir nada. A esa hora, el apodo de El Templo que le dan al Monumental le ‘calzaba’ a la perfección. Solo faltaba que salga el cura y dé la misa. Todos estaban calladitos.

Pero en cuestión de segundos todo cambió, y lo hizo una sola persona que durante 90 minutos y después del partido fue capaz de sacar risas, levantar el ánimo y con sus ocurrencias quitarles el estrés a los que la escuchaban.

Es Jacqueline Mercado, una hincha que con su vozarrón, una bandera y su vuvuzela arma la fiesta. Y una que otra mala palabra también sirve. El objetivo de Jacqui es que las chicas y el equipo de varones se ‘sacudan’ y ganen los partidos.

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“Vamos #$&#%, vamos #$&#%, hay que ganar”, grita cuando el equipo comienza a calentar. Esta vez fue a ver al equipo femenino ante Liga de Quito.

Jacqueline cuenta que era jugadora de índor fútbol ¡y de las buenas! “Yo sí jugaba y le daba con todo”, dice la fanática, que es una máquina para hablar.

Ahora entendemos por qué la entrenadora de Barcelona, Wendy Villón, era harta pelota, pues Jacqui es su tía.

Aquel día Barcelona femenino le terminó ganando 4-0 a Liga de Quito, pero Mercado quería más, exigía el quinto gol: “Solo les pido que metan ganas y mucha arreche...”, asegura entre risas.

LA ‘MEGA VOZ’

Tiene un vozarrón, de manera que cuando grita toda la tribuna la escucha. “Vamos con todo, vamos que se venga el gol”. Y si la jugada no tiene una final feliz, comienza un discurso con palabras fuertes, pero lo hace de una manera tan divertida que la gente se ríe. Es más, cuando deja de hablar le dicen que no se apague.

“Cuando gana mi Barcelona en hombres y mujeres, soy la mujer más feliz del mundo. Esto es pasión de toda mi vida”, expresa Mercado. Añade que ese amor por el Ídolo lo lleva en la sangre y ella es capaz de todo por ese amor.

Cuando el estadio se queda en silencio, ella con su voz hace que hasta las jugadoras que están en la cancha sepan lo que está diciendo. Incluso, la goleadora amarilla Madelen Riera, tras anotar un gol, la ve en la tribuna y le dedica la conquista.

“Ellas son mis niñas. Queremos ser campeonas de Ecuador por primera vez y jugar la Copa Libertadores”, dice Jacqui.

Sin embargo, ella tiene la ‘película clarita’. Sabe que cuando se trata de apoyar, la familia también es importante. Es por eso que antes estuvo “prestada” como hincha de El Nacional y Deportivo Cuenca cuando su sobrina Wendy Villón fue entrenadora de esos equipos.

Jacqueline revela que le gustaría darle “una charla motivacional” al equipo de varones, para que los muchachos se pongan pilas y ganen la etapa. “Creo que me tocará venir a darle apoyo al equipo masculino, para que se desahue... Es hora de ganar la segunda etapa”. Pilas Díaz, Trindade, Sosa, Velasco y compañía. ¡Están advertidos!

WENDY VILLÓN Y SU TÍA

Para la entrenadora de Barcelona, Wendy Villón, tener a su tía en las gradas es un aliciente, pero también una forma extra de presión.

“Mi tía es cosa seria. Ojo, pero no se casa con nadie, porque cuando según ella el equipo no está jugando bien, hasta yo llevo mi parte del ‘apoyo’. Hay momentos en los que se escucha de todo en la cancha, y yo ya sé que es mi tía, pero es un goce, aunque a veces es demasiado ‘folclórica’ en sus palabras”, expresa Villón, que quiere darle a la tía querida su cuarto título de campeona, y el primero con Barcelona.

Al final del partido, los hinchas alrededor se retiran comentando acerca del tremendo show que se ha mandado Jacqueline, una hincha fuera de serie. 

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