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Blanca Quiñonez inicia una nueva etapa en Estados Unidos, más cerca de la WNBA
Tras seis años en Italia, la basquetbolista ecuatoriana pasa a la liga universitaria con uno de los equipos más fuertes
Blanca Quiñonez ha representado a Ecuador en cada pisada que ha dado en el extranjero. Desde que dejó el país a los 13 años para perseguir el sueño de convertirse en basquetbolista profesional en Italia, hasta ahora, su vida ha sido una mezcla de talento, sacrificio y propósito.
Actualmente con 19 años, la deportista nacida en Milagro inicia una nueva etapa de cara a ese deseo de llegar a la liga femenina de la NBA (WNBA, por sus siglas en inglés), pues fichó para formar parte del equipo de la Universidad de Connecticut (UConn), una de las potencias del baloncesto femenino universitario en Estados Unidos. Aún así su historia comenzó mucho antes, con decisiones valientes y desafíos que la hicieron crecer a paso acelerado.
Maduró en las canchas

A los 13 años, Blanca dejó Ecuador para instalarse en Italia, un país que le ofrecía estructura deportiva, competencia de alto nivel y una oportunidad real de convertirse en profesional. “Fue difícil al principio, porque era muy joven y todo era nuevo”, contó en entrevista con EXTRA. Sin embargo su determinación fue más fuerte que el miedo y con Molisana Magnolia, equipo con el que firmó por 4 años, se adaptó al idioma en poco tiempo, al ritmo de entrenamiento y al estilo europeo de juego.
A los 16, Blanca ya era jugadora profesional. Su talento y disciplina la llevaron a competir en ligas juveniles y luego en torneos nacionales de ese país. “Cuando gané mi primer título como profesional en Italia, era mi segundo o tercer año allá. Fue a nivel juvenil, pero igual significó mucho”, recuerda. Y es que el exitoso camino no solo le dio confianza, sino que confirmó que su decisión de emigrar había valido la pena.
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Uno de los partidos que más recuerda fue precisamente la semifinal que disputó en su última temporada en Italia. “Sabes que es tu último año y dices: este tiene que ser el año. Salió mi mejor versión”, cuenta. El encuentro marcó el cierre de una etapa y el inicio de otra aún más desafiante: el salto a Estados Unidos.
UConn, metas a corto plazo

En febrero de este año Blanca pasó a formar parte del equipo UConn Huskies, el programa femenino de la Universidad de Connecticut, considerado el más exitoso de Estados Unidos con un récord de 12 Campeonatos Nacionales y más de 50 títulos de conferencia, y el paso previo a la liga femenina de la NBA.
Con todo ese cartel, la meta inmediata de Blanca es clara: “seguir aprendiendo, seguir creciendo y ganar un título con UConn. Porque, ¿para qué vamos si no?”, dice con convicción. Pero más allá de los trofeos, su enfoque está en el desarrollo personal: “Lo más importante es seguir siendo yo”, dice.
En este nuevo entorno, Blanca se enfrenta ahora a un nivel de exigencia aún mayor, pero lo asume con madurez. Dice que su experiencia en Italia le dio herramientas para adaptarse, competir y mantener la calma en momentos clave. “Cada partido cuenta, cada entrenamiento suma. Estoy aquí para dar lo mejor de mí”, afirma.
Ecuador en su corazón

Aunque vive fuera del país desde hace seis años, Blanca nunca ha dejado de sentirse ecuatoriana. “Siempre ha sido un honor representar a Ecuador, no solo a nivel individual, sino también con la selección en Sudamericanos y Panamericanos”, dice. Pero su compromiso va más allá de las canchas: “Dar visibilidad a Ecuador a través de mi deporte me emociona. El deportista ecuatoriano tiene mucho talento, pero las oportunidades son pocas”.
Consciente de su rol como referente, Blanca quiere abrir puertas para otros jóvenes: “Ser una inspiración para que muchos digan ‘si ella pudo, ¿por qué yo no?’ me llena”. Su motivación no es solo personal “yo no juego solo para mí, juego para mi familia y para dejar el nombre de Ecuador en alto”.
Además, sueña con volver algún día a vestir la camiseta de la selección nacional. “Me encantaría tener algo que ver con la selección. Siempre me da gusto estar aquí, es el país donde nací y al que quiero representar”, afirma con emoción.
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El sueño de la NBA
Aunque el camino hacia la WNBA aún tiene varios escalones, Blanca ya lo visualiza. “En la universidad tengo cuatro años, así que, si todo sale bien, en 2029 o 2030 debería empezar el proceso del draft”, explica. Con disciplina y paciencia, se prepara para ese momento, sabiendo que el sistema universitario exige tiempo y constancia.
Pero su mirada también está puesta en Ecuador. No descarta volver para aportar desde su experiencia, ya sea como jugadora o en un rol que impulse el desarrollo del básquet nacional. “Uno de mis objetivos a futuro será poder llegar a ganar algo con Ecuador”, dice. Y lo dice con la misma firmeza con la que defiende en la cancha.
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