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¿Cómo perdió Serena Williams 14 kilos? Su testimonio sobre poderoso fármaco
Serena Williams narra cómo perdió 14 kilos con GLP-1 Zepbound, entre salud, maternidad y transparencia, y reabre el debate sobre estigmas
Serena Williams vuelve a ser noticia lejos de las pistas. La exnúmero uno del tenis mundial cuenta que, tras convertirse en madre de Olympia (2017) y Adira (2023), le costó más de lo previsto recuperar sensaciones físicas. Describe una trayectoria de disciplina —entrenamientos diarios, HIIT, baile y una vida activa— que, aun así, no le dio el resultado que esperaba. Por eso, a inicios de 2024 decidió incorporar un medicamento de la familia GLP-1: Zepbound, comercializado por Ro, compañía en la que su esposo Alexis Ohanian es inversor. Según su testimonio, con ese apoyo médico logró perder 14 kilos y sentirse “más ligera, activa y con mayor energía”.
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Williams enmarca su decisión en dos ejes: salud y transparencia. En entrevistas con Vogue y People subraya que el diálogo honesto con el público y consigo misma fue determinante. “Ya no me importa lo que digan de mi cuerpo. Lo que me importa es la honestidad conmigo misma y con los demás”, afirma. Ese enfoque la llevó a hablar sin rodeos de su proceso y a poner sobre la mesa un debate que sigue vivo: el uso de fármacos adelgazantes y el estigma que aún los rodea.
¿Qué motivó la decisión?
El relato de la campeona combina convicción personal y prudencia. Primero, sostiene, agotó las vías que conocía: rutina, constancia y alimentación. “Lo estaba haciendo todo bien… pero mi cuerpo no respondía como antes. Decidí que era hora de probar algo diferente”. No fue un paso impulsivo, remarca; antes investigó beneficios y riesgos.
El fármaco que eligió pertenece a una clase desarrollada originalmente para la diabetes y que ayuda al control del peso al generar sensación de saciedad y retrasar el vaciado gástrico. Para algunas voces, el entusiasmo con estos tratamientos puede sonar irresponsable; para Williams, en cambio, abrir la conversación es parte del avance.

En ese sentido, recurre a un mensaje directo contra los prejuicios: “Siento que mucha gente tiene estigmas sobre el uso de fármacos adelgazantes, diciendo que es un atajo o que refleja pereza". Su réplica es igual de clara: “A veces necesitas ayuda, y está bien decidir usarla”. La deportista insiste en que la autoestima y el amor propio han sido constantes, que el número en la balanza no define su valor y que esta etapa se trata de bienestar integral.
¿Qué hay detrás del fármaco y el debate?
Más allá del medicamento, la historia de Williams habla de maternidad, aceptación y reinvención. Tras dos embarazos, aprendió a mirar su cuerpo con otros ojos: “El cuerpo es imperfectamente perfecto después de tener un bebé. Produce un ser humano increíble y merece respeto”. En paralelo a su entrenamiento, ha complementado el cuidado con procedimientos estéticos no invasivos —como la radiofrecuencia para reafirmar la piel—, un enfoque que, dice, acompaña lo que hace en el gimnasio.
La elección de convertirse en imagen de Zepbound es también una declaración pública. No solo visibiliza una herramienta que muchos ya utilizan, sino que la sitúa en el contexto de una vida activa y expone los dilemas culturales de nuestra época: la presión estética sobre el cuerpo femenino, la idea de “atajo” y el lugar de la ciencia en la gestión del peso. Al colocarse en el centro de esa conversación, Williams apuesta a que la información —y no el juicio— sea el punto de partida.
Con 23 títulos de Grand Slam y medallas olímpicas, su legado deportivo está asegurado. Hoy, desde otro frente, la campeona se adueña del relato: comparte su experiencia, cuestiona estigmas y recuerda que cada proceso es personal. Si algo deja claro su testimonio es que la reinvención no termina cuando una leyenda se retira; a veces, apenas empieza.
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