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¿Por qué no se llenan los estadios en la Copa América?
El tema económico y el poco interés en los partidos de primera fase del torneo son las posibles respuestas.
El estadio Maracaná, minutos antes del partido Paraguay - Catar.
La baja asistencia de público a los partidos de la Copa América 2019 es una preocupación que ha abordado hasta el mismo Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
“Preocupa, claro que preocupa (...) Aquí, en un país donde se vive el fútbol, sí quisiera que las personas participen. Hay partidos con mucha gente y otros que lamentablemente no tienen mucho”, dijo el directivo paraguayo.
“Creo que va a ir mejorando, Brasil está haciendo una organización óptima, muy buena”, agregó. Para tener una idea, ni siquiera en el partido inaugural, en el cual el anfitrión Brasil enfrentaba a Bolivia, hubo estadio lleno. Fueron 46.000 asistentes a un estadio Morumbí, que tiene un aforo para 60.000.
Para el técnico ecuatoriano Ricardo Armendáriz, los aficionados ‘cariocas’ no le han mostrado interés al torneo. “Son los partidos preliminares que no tienen tanta importancia, pero yo pienso que cuando vayan clasificando las principales selecciones, habrá estadios llenos”, dijo ‘El Bocha’.
El cotejo con mejor asistencia, sin que participe Brasil, fue Argentina - Colombia, jugado en el Arena Fonte Nova (Salvador): asistieron 35.000 personas. De ahí en adelante, los números no son alentadores.
El mítico estadio Maracaná, el más grande del país con 74.000 butacas, solo vio 19.000 personas en el vibrante encuentro que protagonizaron Paraguay y Catar (2-2). Esto, a pesar de que se invitaron a 4.000 niños, según informó la agencia Reuters.
De la misma manera, 14.000 hinchas fueron a ver la goleada que sufrió Ecuador ante Uruguay (4-0) en el estadio Mineirao de Belo Horizonte. Hasta el momento, el peor registro de taquilla es para el partido Venezuela - Perú (0-0), jugado en el Arena do Gremio, al que solo acudieron 13.000 espectadores.
¿Entradas caras?
“Puedo pensar que la gente no le alcanza el dinero o espera la segunda etapa con las mejores selecciones”, son las hipótesis que maneja Salvador Capitano, técnico argentino, sobre la falta de gente en las tribunas.
Es que un buen asiento puede costar 590 reales (151 dólares), mientras que hay boletos para la final cuyo valor alcanza los 890 reales (228 dólares), apenas por debajo del salario mínimo brasileño de 998 reales por mes.
Al igual que Armendáriz, Capitano cree que, con el pasar de los partidos, las gradas se irán llenando de gente.