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“No toman en serio el fútbol femenino”
La joven comunicadora juega torneos barriales como volante por izquierda. Fue campeona sub-15.
Falta poco para que se gradúe en la universidad y tiene lista hasta su tesis. Pero hasta mientras se dedica a hacer pasantías en un diario relacionadas con el fútbol barrial.
Daysi Geraldine Martínez se graduará con un trabajo investigativo acerca del tipo de lenguaje que utilizan ciertas radios deportivas, en las que, según analizó la joven, no se da información, sino que se maneja el show.
Cambiar el mundo del periodismo deportivo y dar más espacio al fútbol femenino son algunos de los proyectos de esta comunicadora de 22 años.
¿Cómo ves la cobertura que se da al fútbol femenino?
Antes no había suficiente cobertura para las mujeres. Quiero ser una periodista que dé el espacio merecido.
¿Cómo lo toman tus colegas?
Los hombres siempre hacen chistes sobre eso, y molesta. Como no lo toman en serio, por eso no se le da espacio.
¿También juegas fútbol?
Sí, aunque no como antes. Antes jugaba tres o cuatro partidos al día, ahora lo hago pasando dos semanas, por el trabajo. Empecé en la selección de fútbol del colegio Fernández Madrid, donde me gradué, fui capitana del equipo sub-15 y fui mejor jugadora de esa categoría en fútbol sala.
¿Eso te abrió más puertas para practicar el deporte?
Ese año se vinculó Kelly Real al equipo y ganamos todo, teníamos un equipazo. Gracias a lo de la sub-15 me llamaron a jugar en la selección de Pichincha, entonces desde que tuve 15 y hasta los 18 años estuve en ese equipo de la provincia.
¿En qué posición juegas?
Soy volante. Diestra, pero juego en la izquierda, y ya que no había nadie que jugara en esa posición, siempre me ponían a mí. En la sub-18 conocí a Mauricio García, que en paz descanse, él me llevó a Espuce como juvenil, pero casi no jugaba porque me faltaba aprender mucho.
¿Tuviste que alejarte bastante del deporte?
Cuando entré a la universidad tuve que dejar de lado el fútbol. Cuando estaba en primer semestre tuve que dejar el deporte, además porque sufrí un esguince de segundo grado en el tobillo. Seguí entrenando, pero con la lesión y con las clases no pude darle más continuidad.
¿Frustró tus sueños?
No, porque al dejar de entrenar me propuse un nuevo objetivo, que era el de revolucionar el fútbol femenino, pero desde el periodismo. Es lo que he hecho en estos seis meses que he estado vinculada en el periodismo desde el fútbol barrial. Pero cubrí la final del club Las Ñañas y sentí una emoción enorme de poder conocer a todo el equipo que quedó campeón.