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Diario Extra Ecuador

Deportes

Cuando el fútbol no alcanza

Gran parte de los deportistas de esta división necesitan otro trabajo para subsistir. Dos de ellos cuentan sus historias a EXTRA.

El jugador de 25 años recorriendo las calles de Guayaquil. En el círculo, mientras practica con su equipo, Don Café.

El jugador de 25 años recorriendo las calles de Guayaquil. En el círculo, mientras practica con su equipo, Don Café.Extra

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Futbolista y conductor de furgoneta. Dos oficios que combina Daniel Bajaña, mediocampista de Don Café, club de la Segunda Categoría del Guayas. Allí, ni él ni sus compañeros de equipo reciben un salario, pues la institución no cuenta con el presupuesto.

Daniel inicia su día “haciendo expreso” para los profesores de un colegio en Guayaquil. Luego, entrena con su club por la tarde, para después recoger a los docentes y llevarlos a sus respectivos hogares.

“La verdad es un poquito cansado, pero al menos ayuda para mantener un ingreso”, comenta Daniel, padre soltero de un niño de 8 años. Confiesa que le gustaría conseguir otro empleo, ya que el sueldo no le es suficiente para cubrir todas sus necesidades.

Luego de quedarse fuera de la pelea por el ascenso (tras solo seis fechas disputadas), la temporada se le terminó a Don Café y ahora, el equipo deberá esperar hasta el 2019 para volver a jugar. En este lapso, Daniel tendrá más tiempo para su trabajo, aunque no piensa hacer a un lado el deporte que ama. “Jugaré fútbol sala y torneos barriales. Los equipos son amateurs, pero pagan por cada partido”.

Su caso no es el único. En situaciones similares se encuentra el 80 % de jugadores de Segunda Categoría. Esto equivale a 3.500 futbolistas, aproximadamente, quienes no reciben una mensualidad, según calcula Jorge Guzmán, presidente de la Asociación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE).

Para apoyar su teoría, él se basa en las demandas que constantemente llegan a su despacho.

Del 20 % restante, la mayoría recibe el sueldo básico (386 dólares desde diciembre de 2017). “Hay sueldos que van desde 0, a máximo $ 1.000 - $1.200. Pero lo más normal es ver jugadores que ganan del (salario) básico para abajo”, acota el directivo.

Como ejemplo, está también el Atlético Daule, conformado por jugadores entre 16 y 21 años. La mayoría de ellos estudia en el colegio o universidad y unos cuantos trabajan.

“No podemos pagar sueldos porque no da el presupuesto. El club ayuda a los chicos con viáticos”, cuenta Mariano Rodríguez, exfutbolista argentino-ecuatoriano y actual director deportivo de la institución, quien añade que tampoco cuentan con un presupuesto anual, sino más bien mensual.

Más que formar futbolistas, el principal objetivo de Atlético Daule es educar: “aspiramos a dar oportunidades a los chicos. Los clubes son necesarios para evitar vicios. Hay que cuidarlos, protegerlos, guiarlos y darles buenos consejos”, opina Rodríguez. En esto, coincide Iván Matamba, presidente de Don Café. “¿De qué sirve tener buenos jugadores, si al final son malos ciudadanos?”, cuestiona el directivo, quien contó además que sus deportistas asisten todos los sábados a un templo evangélico de Guayaquil para formarse “por medio de la Palabra”.

Tabla de salvación

Jugadores como Daniel Bajaña siguen esperando una oportunidad en el balompié. Él es consciente de que el tiempo es su peor enemigo. “Tengo 25 años y con esta edad es más complicado jugar en Primera. Los equipos buscan chicos entre 18 y 19 años”. Sin embargo, aún no pierde la esperanza y espera clasificar a su equipo a la Copa Ecuador, que comenzará en 2019. Allí espera enfrentar a los equipos grandes y tener una vitrina para mostrarse.

La música, una opción

Hace cuatro años David Peña estuvo cerca de emigrar al fútbol chileno. Hoy, vive una realidad diferente. En la Segunda Categoría defendió las camisetas de la Liga Deportiva Estudiantil y Paladín’s. Incluso, perteneció a las divisiones formativas de Barcelona.

La falta de oportunidades hicieron que incursione en su otra pasión, la música.

Davis Rasta Rap, como se hace llamar, es cantante urbano desde los 16 años. Hoy, tiene 24. “Recuerdo que mi mamá de pequeño me compraba discos de Eminem, eso me influyó bastante”, cuenta el guayaquileño.

Pese a los inconvenientes, no ha dejado por completo la actividad futbolística, simplemente “no se están dando las cosas”, respecto a su carrera. Asiduamente entrena en el complejo del Guasmo, sector donde reside. Además, juega de vez en cuando en equipos barriales, que pagan entre 20 y 30 dólares por partido.

David habla de la experiencia que le pudo haber cambiado la vida. “En 2012, cuando estaba en Paladín’s, empresarios enviaron vídeos míos al Colo Colo chileno. En ese año me destaqué por quedar como el más rápido del Guayas. Era un marcador izquierdo con gol. Ellos vinieron a verme, me invitaron a comer, me dieron algo de dinero, quedaron en realizar el trámite para irme, pero los empresarios de aquí se echaron para atrás porque no recibieron lo que ellos quisieron y se cayó la negociación”, cuenta con evidente desazón.

Los dos futbolistas a medio tiempo esperan volver a las canchas y, por qué no, meterle un gol a la adversidad.

Cachuelo

De la cancha a cargar mudanza

David Peña tuvo la chance de ir a probarse a la Universidad de Chile, pero le dijeron que ya estaba un poco “pasado de edad”, y no viajó. Sí lo hicieron dos compañeros suyos que todavía están allá.

Para mala fortuna de David, la música tampoco es suficiente. El hecho de no despuntar en la industria lo obliga a realizar ‘cachuelos’ para poder subsistir. “Ahora estoy en una compañía de mudanzas. Con otro compañero cargamos las cosas. De allí saco para la comida”, comenta David, padre de dos niños, razón por la cual dice necesitar estabilidad laboral.

Los expertos

“Asoguayas brinda su apoyo”

José Carrión, secretario general de la Asociación de Fútbol del Guayas, destaca lo hecho hasta ahora por parte de la entidad, presidida por Selim Doumet. “En otras asociaciones, los clubes se financian por su cuenta. A los de aquí, no les cuesta nada. Somos, también, los únicos en contar con nuestro propio complejo deportivo”.

Carrión detalló que la entidad colabora con el arbitraje, organiza torneos, la seguridad, la ambulancia, los balones y las instalaciones (en el estadio Alejandro Ponce, sur de Guayaquil). “Al año hacemos cinco torneos formativos como asociación”, asegura.

Asoguayas es la que más clubes afiliados tiene, 29 en total.

“La Segunda es tierra de nadie”

“Es considerada como una competición profesional, pero se maneja con una precariedad total. Los clubes de Segunda Categoría deben presentar presupuestos, lo establece el reglamento, sin embargo esto no se cumple. Es tierra de nadie”, condenó el presidente de la Asociación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE), Jorge Guzmán.

Él cree que ni la Liga Profesional de Fútbol (LPF) ni la Copa Ecuador solucionarán los problemas, pues los dirigentes siguen en sus cargos.

Propone crear un fondo para impulsar a los clubes más pobres, en el cual los de primera estén obligados a colaborar; también, impulsar los torneos juveniles y establecer una colaboración entre la FEF y el Gobierno Nacional.

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