“Quieren desestabilizar” la Boca del Pozo

Las peleas entre hinchas en el estadio Capwell continúan, al igual que el año pasado. En un conflicto que se viene ‘cocinando’ a partir del fallecimiento de Giuseppe Cavanna, fundador de la barra Boca del Pozo, en enero de 2017.

En el graderío de la localidad general avenida Quito, donde se ubica siempre la agrupación, hubo disturbios, golpes entre los seguidores e intervención de la Policía. Aquello se vivió el pasado domingo, cuando Emelec venció a Aucas por 1-0.

Según Federico Rabascall, uno de los líderes de la Boca del Pozo, el conflicto es “causado por grupos de personas a los que no les interesa Emelec y buscan desestabilizar a la barra con violencia”.

Además, el fanático afirma que esta disputa lleva “más de dos años” y que los “infractores” han sido “identificados” por las cámaras de vídeo del escenario. “Solo esperamos que las autoridades actúen”, agrega Rabascall.

El pasado noviembre de 2017, el jefe de seguridad de la institución eléctrica, Euclides Mantilla, declaró que “esto no es un asunto de hinchas, esto se trata de una búsqueda de espacios para el microtráfico”.

Días más tarde, durante un Clásico del Astillero en la Caldera, volvieron a ocurrir actos violentos. Los agentes policiales expulsaron a cerca de 20 asistentes de la general en la avenida Quito.

Según Rabascall, la Policía y los agentes de seguridad privada del club han identificado a los infractores, pero no han tomado medidas drásticas contra los mismos. Una de las decisiones tomadas en conjunto ha sido negar el ingreso de instrumentos musicales a la localidad.

Por eso los cánticos en el sector causan menos estruendo y ambiente que antes, en un escenario que hace un par de años gozaba de tener ‘la hinchada más fiel’, frase usada con frecuencia por los emelecistas.