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Hincha de Barcelona: Chiro, por el amor al Ídolo

Juan Anchundia viajó durante cuatro días desde Guayaquil hasta La Paz, Bolivia, para alentar a Barcelona. 300 dólares le costó el ‘paseíto’

Hincha de Barcelona
Juan Francisco Anchundia en el estadio Hernando Siles de La Paz con la bandera de La Prosperina.Cortesía

Juan Anchundia es candidato a ser el ‘hincha del mes’ de Barcelona. Y todo por la ‘fiebre amarilla’ que lo animó a agarrar su maleta y emprender un viaje hasta la altura de La Paz, Bolivia, para alentar al Ídolo en su duelo de Copa Libertadores.

Pese a que su travesía, que duró ocho días, terminó con amargura por el gol de Bolívar en los últimos segundos (1-0) y por quedarse ‘chiro’, Juan quedó más engrupido con el equipo torero. Tanto que no descarta volver a salir del país para cantar: “Ídolo, cómo te explico cuánto te amo yo”.

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- La aventura

Todo inició el viernes 19 de mayo. Salió del estadio Monumental, había visto ganar 2-0 a su equipo ante Orense. Llegó a su casa ubicada en La Prosperina, noroeste porteño, cogió su pasaporte, una mochila, juntó 300 dólares y se dirigió hacia la terminal terrestre.

Viajó desde Guayaquil a Santa Rosa, El Oro, porque no alcanzó pasaje hasta Huaquillas. El sábado 20, por la mañana, ya estaba en territorio peruano. El martes 30, que jugaba Barcelona, arribó a las 12:00 a la capital boliviana.

“Por apoyar al Ídolo ni el frío lo sentía ni la altura (3.625 metros)”, expresó Anchundia, de 29 años, quien tenía previsto llegar a Guayaquil la madrugada de este sábado y prepararse para el Clásico contra Emelec, el próximo 3 de junio.

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- Lo más triste 

Juan estaba feliz con el punto del empate (0-0) en el bolsillo y cuando se aprestaba a salir del estadio Hernando Siles, se vino la parte más amarga de su aventura, el gol de Bolívar. “Esa es la parte más triste. Ya me alistaba para regresar con un punto, cuando llegó el gol de Bolívar. Con lágrimas veía cómo perdíamos, pero así es Barcelona. Uno debe estar en la felicidad y tristeza”.

El tramo entre La Paz y Lima, capital de Perú, fue de dieta obligada, porque no probó comida por 24 horas. Cuando arribó a suelo peruano se mandó un arroz chaufa.

Aseguró que su segundo nombre es ‘Chiro’, y no porque así lo haya dejado Barcelona en este viaje, pero que la experiencia de acompañarlo por tierra ha sido grande.

“Chiro me llamo, no es joda. Espero que los jugadores comprendan que el amor por el club es grande. Espero que se sacudan para ganar a El Nacional (mañana) y seguir con chances de ganar la etapa”, le contó a EXTRA vía telefónica mientras volvía a Guayaquil.