Liga de Quito vive días de ilusión, fe y nerviosismo. La goleada 3-0 ante Palmeiras en el estadio Rodrigo Paz Delgado encendió la esperanza de todo un país que sueña con ver otra vez al equipo albo en una final de Copa Libertadores. 

La cita decisiva será el jueves 30 de octubre, a las 19:30 (hora de Ecuador), en el imponente Allianz Parque de São Paulo. Un escenario que promete una batalla de alto voltaje, donde los quiteños buscarán sellar una clasificación histórica y se lo podrá ver por la señal de ESPN.

Los números de Palmeiras y Liga de Quito

Lo que se viene en Brasil

El conjunto dirigido por Tiago Nunes llega a este partido con la confianza al máximo. Ha encontrado su mejor versión en el momento justo: un bloque compacto, un mediocampo trabajador y delanteros que no perdonan. 

Liga de Quito mostró autoridad y jerarquía en la ida, dominando de principio a fin a un Palmeiras irreconocible. Sin embargo, el cuerpo técnico y los jugadores saben que la historia no está cerrada; el fútbol brasileño no regala nada, y los 90 minutos en São Paulo serán una prueba de carácter.

Con tres goles de ventaja, los albos viajan con la ilusión intacta, aunque con una baja sensible: Bryan Ramírez no podrá jugar el duelo de vuelta por expulsión. Aun así, la plantilla ha mostrado profundidad y fortaleza mental, ingredientes que hoy la tienen a las puertas de una nueva final.

Una goleada para la historia

La primera semifinal ante Palmeiras, en Liga de Quito se vio el regreso de Alexander Domínguez al arco, en lugar de Gonzalo Valle, aportó seguridad y liderazgo desde el fondo. Pero el verdadero show se vivió de mitad de cancha hacia adelante. Ramírez, Alzugaray y Gabriel Villamil tejieron un fútbol de alta calidad, con toques precisos, movilidad y mucha personalidad.

El primer gol llegó al minuto 18: una jugada iniciada por Lisandro Alzugaray, continuada por Leonel Quiñónez y culminada con un remate perfecto desde fuera del área de Villamil, quien clavó un golazo imposible para el portero brasileño. El estadio explotó.

A los 27’, una mano de Pereira dentro del área permitió que Alzugaray, con frialdad, anotara el 2-0 desde el punto penal. Y cuando el primer tiempo agonizaba, a los 45+2’, apareció nuevamente Villamil, tras una jugada colectiva que nació en los pies de Domínguez y pasó por Ramírez y Quinteros, para sentenciar el 3-0 y desatar la locura en Casa Blanca.

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