¡Mucho más que un gran suplente!

Patxo de la Rica, Guayaquil
Se crió celebrando los goles de su padre. ‘Chicharito’ Hernández, tercero de una saga familiar de internacionales con México, debe su sobrenombre a su progenitor, de idéntico nombre, Javier Hernández, y apodado ‘El Chícharo’. Por ello, siempre estuvo bajo la lupa de los medios de comunicación aztecas, que esperaron de él lo mejor. Entre las críticas y los elogios, el delantero se ha hecho grande y fuerte a las duras y creyendo siempre en su capacidad anotadora.  
una vida en la banca
Su eclosión nacional fue rápida. Con solo 18 años, el hijo pródigo debutó en la elite azteca, y pocos segundos le bastaron para anotar su primer gol profesional. Ese debut define, de la mejor forma, a un ‘nueve’ de esos que cuesta entender. ‘Chicharito’ no necesita calentamiento, no debe estar en el campo para hacerse con el ritmo del partido, sino que en cuanto pone uno de sus pies en la cancha, está preparado para golear. Una cualidad, quizá, que le pasó una mala pasada y unos años duros en Inglaterra y España.
Sin tener un gran nombre en su país, Ferguson, uno de los mejores captadores de la historia del fútbol, se fijó en él y se lo llevó a la fría y triste Manchester. Allí, un joven de 22 años entre estrellas mundiales como Rooney o Giggs, debía ser simplemente un suplente de lujo. La titularidad, entonces, era imposible. Pero, en eso, él es el mejor.