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“No soy yo, es la gracia de Dios”

Pilas, viene el gol”, se escuchó al pie de la cancha. Era el minuto 84 e Independiente apuraba sus últimas opciones para no caer ante Atlético Nacional. “Independiente, Independiente”, gritaron los hinchas antes de botar la ya histórica falta. Lo que pasó segundos después es la historia de gloria de un ecuatoriano que está creciendo a pasos agigantados y que pide a gritos su salto a Europa. Mina escribió su nombre en una final de Copa Libertadores para toda la vida, siendo el sexto jugador ecuatoriano que anota en la final del torneo continental tras Spencer, Guerrón, Campos, Urrutia y Bolaños.
UNA COSTUMBRE
La celebración de Arturo en las finales se hizo costumbre. La película se repitió como en México, donde marcó el penal decisivo para dedicárselo a su esposa e hijos, que celebraron emocionados en la tribuna. Dibujó un corazón con las manos, un festejo que tiene nombre y apellido: Maura Solís, su mujer.