Como parte de la reactivación del fútbol amateur, la Asociación de Ligas Rurales de Quito llevó a cabo un campeonato piloto con equipos sub-40 de varias parroquias. Se registró gran acogida de los deportistas y de los aficionados, lo que se reflejó con casa llena para la gran final entre Nayón y Tumbaco.

El estadio Francisco Reinoso, en Cumbayá, al oriente de la capital, recibió a las coloridas barras de los equipos que no se cansaron de alentar durante los 90 minutos de juego y sufrieron durante los penales.

El cotejo no tuvo goles en el tiempo reglamentario, pero sí varias acciones de peligro. Desde los doce pasos se definió al monarca, donde Nayón demostró mayor solidez con Byron Quijia desviando dos disparos de Tumbaco, y con Pablo Sotalín tomando la responsabilidad en el último lanzamiento.

El experimentado entrenador, que ha formado a varios jugadores en Liga de Quito y que también tuvo un paso por equipos como Macará, dejó la banca para saltar a la cancha y ser clave en el título.

En semifinales anotó la pena máxima para acceder a la disputa de la corona, y en el encuentro definitivo remató con sangre fría y precisión para dejar parado al arquero Darío Nogales y así desatar la fiesta auriverde.

DEDICADO AL CIELO

“Este título lo dedicó a mi familia, pero en especial a mi papá que se nos fue hace poco y nos cuida desde el cielo”, afirmó emocionado Sotalín.

Es un logro más en su dilatada carrera, pero es especial, ya que en la cancha compartió con hermanos y primos.

En la celebración fue abrazado por sus compañeros, de los que destacó “formamos un gran equipo para volver a nuestra pasión que es el fútbol. Somos muy unidos y eso fue clave para ganar el torneo”.