Desde muy temprano, los exteriores del estadio Bellavista, de Ambato, se tiñeron de amarillo. Cientos de hinchas de Barcelona hacían fila desde las seis de la mañana para ganar un puesto dentro del escenario deportivo. A pesar de que las puertas se abrirían a las ocho de este 4 de diciembre, esto tardó varios minutos. La gente se impacientaba, quería ganar una buena ubicación para apoyar a su equipo frente a Mushuc Runa.

Transitar era imposible. La cantidad de personas, familias enteras, amigos, gente que viajó desde distintos puntos del país, daban colorido al ambiente de fútbol en el centro del Ecuador.

Algunos integrantes de la Sur Oscura, núcleo Mano Negra llegaron a las nueve de la mañana. Trataban de reunirse con el resto de la agrupación y los diferentes distritos de Guayaquil, Manta, Portoviejo, Quito que estaban llegando al estadio.

Luego de una hora de retraso, la gente ingresó al escenario. Lo hacían de manera ordenada, cantando las barras ‘canarias’, agitando las banderas. Todo era una fiesta total.

Las ventas incrementaron. Ya no eran sólo camisetas, todo lo que tenía el solo ello de Barcelona era signo de ganancia. Las gorras eran las más solicitadas para cubrirse del fuerte sol. La lluvia que cayó el día anterior y que ahuyentó a los seguidores amarillos desapareció en la madrugada.