Solo la vencen con un espagueti con queso

Carlos Anchundia, Guayaquil
Extraña a su esposo, su mamá, sus hermanos, mientras está lejos de ellos. Las llamadas no son suficientes para Lissette Antes cuando le toca quedarse meses fuera de Ecuador. Hasta se deprime, pero un espagueti con queso y las ganas de sacar la cara por su país la vuelven una mujer indomable en la pista de combate.
Su mirada está puesta en la medalla de oro olímpica y cuenta que irá a Brasil como todo deportista que busca la presea dorada, “pero si no lo logro, me gustaría ubicarme entre las 3 primeras. Vengo arrastrando una lesión desde hace mucho tiempo, pero estoy entrenando fuerte para ir a buscar esa medalla que todos los ecuatorianos anhelamos” confiesa la campeona mundial de lucha que se ‘rascará’ en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con las mejores del mundo en los 58 kilogramos de lucha libre.

No le gustaba
En el 2006 se inició en la lucha. Al principio no le agradaba mucho, pero cuando vio que todo Ecuador estaba pendiente de sus actuaciones le empezó a coger gustito. Y eso la llevó a ser campeona mundial en abril de este año en Mongolia.
“Mis hermanos (4) estudiaban en una fundación en Machala y les gustó una demostración de lucha que hicieron los entrenadores Jorge Rodríguez, Washington Castillo. Fueron a practicar un tiempo y allí les preguntaron si tenían familiares que quisieran meterse a la lucha y me llevaron. Así conocí este deporte. No me gustaba porque creía que era para hombres, luego fui entrenando y un año después (2007) me convocaron para los Juegos Interandinos. Entrenaba fuerte hasta con hombres y me propuse ser alguien en la lucha”, cuenta la deportista.