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A un mes de cerrar el primer hexagonal, Independiente ya es su ganador
Opinión: Sabiduría, atrevimiento, derribo: finales que rompen la historia. Acá, en la liga de la cucharita de palo, no hay final; no pasa nada.
A doce puntos, cuatro fechas y un mes de finalizar la primera etapa de Liga Pro, Independiente del Valle ya es su ganador.
A todo nivel, ellos hacen los deberes mejor que todos en un torneo con históricos a la baja como Barcelona que está a 9 puntos y Liga de Quito a 12, El Nacional apenas sobreviviendo y uno de los peores Emelec de la historia.
Si el Ídolo gana sus 12 puntos, hará 59, mientras que Independiente, con 56 unidades, puede aún sumar con los últimos de la fila: Técnico Universitario, Vinotinto, Mushuc Runa y Delfín. Dicho esto, buen viento, buena mar y puerto seguro para IDV en el hexagonal.
Con los rayados consolidados en esta etapa, empezarán el hexagonal con números fantásticos. De largo y sin final: ese es el torneo que va a ganar IDV.
Ahora es cuando para los hornaderos. El año pasado, cuando volaba en primera clase a retirar los títulos, marchó en la Copa Ecuador ante El Nacional (1-0), y en las finales del torneo Liga le ganó con un categórico 3-0 que superó el triunfo de 1-0 que lograron los rayados.
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Premio a la regularidad
El formato premia la regularidad, dicen. Ese activo debe tener su peso específico en las instancias que dirimen al campeón. Pero que este supremo estatus se logre sin disputar una final, elimina la competitividad: mata su espíritu.
La UEFA considera cambiar el formato de la Supercopa de Europa (definido en un solo partido en cancha neutral) a uno con cuatro equipos, dos semifinales y una final. Acá, en la aldea de Ecuador, el campeón no lo será tras ganar una final: elijamos al mejor vestido, mejor.
Ni épica ni sabiduría: ¡dale nomás!
La gloria y caída del PSG fue épica y sabiduría: los de Luis Enrique llegaron a la final de Champions League cargándose al Arsenal, 3-1. El Inter de Milán (con gol del heroico Francesco Acerbi) le remontó a Barcelona (7-6 en el global). En la gran final, PSG le reventó al Inter (5-0), con Willian Pacho entre sus figuras.
Pero el 13 de julio, en el Mundial de Clubes, el Chelsea y un DT emergente, Enzo Maresca, les dieron su 3-0, con un Cole Palmer que, en minutos, devastó a los franceses y Luis Enrique no pudo descifrar.
Sabiduría, atrevimiento, derribo: así se juegan finales que cambian la historia. Acá no, en la liga de la cucharita de palo no hay final. Dale nomás… ¡no ha de pasar nada! Y es cierto, no pasa nada.
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