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Economía

Jubilados estafados y sin justicia: Pensiones no alcanzan para las deudas en Ecuador
Jubilados insisten en recibir justicia a denuncias presentadas por suplantación de identidad. Uno de los préstamos terminó en manos de un ‘fichado’
El calvario para Juan (nombre protegido), jubilado, aún no concluye: a pesar de que han transcurrido dos años de la denuncia, la suplantación de identidad y sus consecuencias aún lo ‘persiguen’.
Su vida cambió cuando alguien se hizo pasar por él y obtuvo un crédito de 20.000 dólares en el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess). Desde entonces, cada mes el 80 % de su pensión desaparece, para pagar la deuda que nunca solicitó, pero que sí se cargó a sus haberes.
Investigó su propio caso
Lo más preocupante de la denuncia es que, asegura, nadie le ha dado justicia, pese a que acudió a las instalaciones del banco del Seguro Social y presentó una denuncia formal. Juan, por su parte, reconstruyó su caso por su cuenta y descubrió que alguien accedió a sus datos personales, cambió su número de celular y su correo electrónico en los sistemas del IESS, y luego manipuló su cuenta bancaria para transferir los dólares.
“Ese dinero terminó en la cuenta de una persona con antecedentes penales”, relata con la voz quebrada. “¿Cómo nadie lo vio? ¿Cómo un banco privado permite un movimiento así, sin darse cuenta?”.
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A pesar de tener evidencias de que el dinero terminó en una cuenta vinculada a una persona con antecedentes penales, Juan no sabe cómo continuar el proceso sin poner en riesgo su seguridad.
Lejos de vivir una vejez tranquila, varios jubilados cargan deudas ajenas, enfrentan trámites interminables y lidian con una angustia que se repite semana tras semana. Basta acercarse un martes a los plantones frente a la Caja del Seguro, en Guayaquil, para escuchar cómo la desesperación se ha vuelto rutina.
La semana pasada allí estaba María (otro nombre protegido), aferrada a la denuncia que presentó en julio pasado. Un día entregó su cédula por 80 dólares y ahora sospecha que alguien obtuvo un crédito de 9.000 dólares a su nombre y logró retirarlo. Tiembla cuando habla: “Yo no pedí nada y ahora debo probarlo”.

Más suplantaciones, más pérdidas
Su situación es triste. María trabajó como conserje en una escuela fiscal de Guayaquil y, por lo tanto, su pensión de jubilada es baja y con el descuento no le alcanza para comer.
Algunos, como Víctor Flores, han logrado ganar acciones de protección, para probar que los créditos fueron solicitados de manera fraudulenta. Él logró detener un proceso de préstamo de 25 ‘lucas’, al denunciar que dentro del IESS opera una red que cambia datos personales para robar a jubilados y afiliados.
El Biess, por su parte, reconoció en 2024 unos 20 casos, aunque luego ajustó esa cifra en un informe entregado a la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, recientemente no se ha pronunciado y hasta pasó por un cambio de autoridades. El IESS se limita a asegurar que lo relacionado con créditos le compete únicamente al Biess.
Temor
En cambio, sobre los supuestos ‘tramitadores’, la institución insiste en que todos los trámites son gratuitos. No obstante, para los afectados, queda en evidencia que hay una deuda social del Biess con los adultos mayores, a quienes no solo les han “robado parte de su pensión, sino también su tranquilidad”, como señala uno de los perjudicados.
Milagro de navidad
Los jubilados sospechan que detrás de estos robos opera una estructura que actúa desde adentro: una mafia que manipula datos en el IESS, que tiene cómplices en el Biess y que incluso mueve dinero a través de bancos privados sin que nadie detecte irregularidades. Muchos de ellos, cansados y endeudados, concluyen que ya solo aspiran a un milagro navideño: que por fin alguien destape la red. Un milagro que no solo les devuelva el dinero perdido, sino también la dignidad.
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