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Economía

Una cucharada menos: la crisis del menú a dólar en Guayaquil tras alza de precios
Dueños de comedores del suroeste se quejan del alza de las legumbres. Unos reducen las porciones; otros, en cambio, pierden parte de sus ganancias
La comida de ‘a dólar’ ya no rinde en Guayaquil, según propietarios de negocios populares. Shirley Carpio y Pedro Montalván afirman que la especulación de precios de vegetales y legumbres en los mercados de Guayaquil les ha dado ‘sustos’ de los que aún no se recuperan.
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Shirley, cuyo establecimiento se ubica en la calle Asisclo Garay, en la intersección con la 10 de Agosto, cuenta que desde el inicio del paro nacional, hace ya más de tres semanas, ha notado que su inversión diaria supera lo que tenía destinado. “Yo solía gastar unos 50 dólares. En estos últimos días he gastado entre 65 y 70 dólares. Eso provoca que mi ganancia, que la veo luego de una semana, se haga cada vez más corta”, asegura.
Sin embargo, para contener los gastos elevados ha decidido servir menos cantidad de cada preparación en los platos de los clientes. Por ejemplo, el menú de esta noche incluye seco de chancho a 2 dólares o lomito salteado acompañado de una porción de arroz, al igual que el seco, a 1,75 dólares. "A los estofados ya no les ponemos papa porque está cara, sino que se prepara con yuca. En cambio, el arroz se sirve una cucharada menos para economizar en lo que se pueda”, explica.
"Me han estafado": Esto es lo que dicen los clientes
Como consecuencia de esta medida, Carpio comenta que algunos de sus clientes ya le han reclamado, pero no tiene otra salida, pues de no hacerlo su negocio fracasaría. “Me dicen: ‘Madrina, me ha estafado hoy’ (ríe). Nadie ve lo que está detrás de esa cucharada menos que se les pone”.
Pedro Montalván, en cambio, dueño de dos establecimientos en el suroeste de la ciudad, uno en la Décima y Ayacucho y otro en Portete y Leonidas Plaza, ha preferido disminuir su ganancia, pero mantener la cantidad de comida en los platos y conservar a sus clientes. “Ahora soy yo el que no carga casi nada en el bolsillo”, dice bromeando, pues pocos meses antes tenía a su disposición hasta 200 dólares al día.

“El saco de papas subió de 20 a 40 dólares. Eso de que hacen operativos la intendenta y el gobernador es solo para la televisión. Cuando ellos se van, retiran los letreros con los precios justos y vuelven a poner los valores elevados. Aquí no se sabe si son los minoristas o los mayoristas los que hacen el mal”, se queja.
Tanto Shirley como Pedro comentan que la solución para ellos sería crear algún tipo de compensación, como el Gobierno lo hizo con el sector del transporte. “El presidente (Daniel Noboa) debe darse cuenta de que no solo los transportistas tienen necesidades, sino que otros gremios también sufren”, argumenta Pedro.
¿Qué dicen los otros comerciantes?
Por otro lado, Juan Astudillo, dueño de un comedor ubicado en la 29 y García Goyena, también en el suroeste, asevera que sus gastos se han mantenido en línea recta.
En su caso, solo las racimas de plátano verde (como ya se conoce desde hace varios meses) se han encarecido en los mercados y plazas. “Las legumbres no llegan en la misma cantidad, es verdad; pero sí llegan y, por lo tanto, no hay razón para especular con los precios”, concluye.
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