Monigotes de hasta cinco metros llenan de color y humor las calles de Ambato

En Ambato también hay gigantes, pero solo parecen cada diciembre en la calle Pedro Carbo, en el barrio La Merced, centro de la ciudad, donde enormes monigotes se levantan como guardianes del fin de año y atraen a curiosos, compradores y amantes de la tradición.

La llamada calle de los gigantes existe desde hace más de diez años y es obra de la familia Coca-Núñez. Todo comenzó cuando uno de los hermanos llegó desde Guayaquil y enseñó cómo se elaboran los famosos monigotes gigantes, dijo Armando Coca. Desde entonces, el sector se convirtió en parada obligatoria para quienes buscan algo más grande que lo común.

Este año, la familia —integrada por 18 personas— empezó a trabajar desde mayo y abrió la exhibición tres semanas antes de lo habitual. Las figuras se inspiran en películas de terror, ficción, personajes infantiles, ánimes y hasta políticos. Aquí, la imaginación no tiene límites… ni tamaño.

Los monigotes van desde modelos pequeños de cinco dólares hasta verdaderos colosos que alcanzan los 500 dólares. Los más grandes pueden tardar un mes en ser elaborados y algunos llegan a medir hasta cinco metros, como los que se ven en Guayaquil. La venta se mantendrá hasta el 31 de diciembre y uno de los muñecos será quemado en el barrio como parte del ritual de despedida del año.

Más rutas para “quemar bien” el año

La tradición no se queda solo en La Merced. En la calle Barranquilla, en el barrio La Victoria, también se venden monigotes, pelucas y máscaras desde hace más de 25 años. 

Rosa y Pilar Gavilánez cuentan que los personajes políticos, entre ellos la alcaldesa de Ambato, Diana Caiza, están entre los más pedidos y que atienden desde las 06:00 hasta las 23:00, con seguridad privada para los compradores.

(Leer: Monigotes gigantes 2025: Guía completa de la ruta y parqueos seguros en Guayaquil)

Además, hay corredores de venta en el Parque Lineal Quebrada Seca y en el Coliseo Cerrado, en la avenida Bolivariana. Rosa Torres, una de las visitantes, lo resume con humor: “Este año sí toca quemarlo bien quemado”.