El conflicto nacional llegó este miércoles 8 de octubre hasta San Miguel del Común, una comunidad ubicada al norte de Quito, que desde hace más de dos semanas se ha mantenido en resistencia frente a las medidas económicas del Gobierno. 

A los 17 días del paro convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) el ingreso de policías y militares desató una jornada de conmoción, gritos y gas lacrimógeno en los alrededores de la Escuela Mushuk Pakari, donde al mediodía encontraban decenas de niños y mujeres.

Protestas en San Miguel del Común

De acuerdo con los primeros reportes comunitarios e información subida en las páginas de la CONAIE, el despliegue de fuerzas del orden se realizó de forma sorpresiva y en horario laboral. En la escuela, madres y maestras intentaron proteger a los menores mientras los uniformados ingresaban al perímetro educativo. 

Los habitantes salieron a rechazar la presencia de los agentes, pero fueron reprimidos violentamente, según denuncian. “Nos lanzaron gas sin importar que había niños”, relató una madre.

Durante los disturbios se registraron dos personas heridas y una detenida. Los heridos fueron trasladados a centros de salud, pero, según denunció la comunidad iban escoltados por policías, lo que generó temor por su seguridad. 

Caos y familias desesperadas

Imágenes y testimonios difundidos en redes sociales muestran a familias corriendo entre nubes de gas para rescatar a sus hijos. “Los niños están conmocionados, lloraban sin entender por qué los atacaban”, se lee en un comunicado del Pueblo Kitu Kara.

El hecho ocurre en medio del paro nacional tras la eliminación del subsidio al diésel por parte del Gobierno de Daniel Noboa, medida que ha encendido protestas en distintas provincias del país. En los últimos días, se han registrado incidentes graves, como el ataque a la caravana presidencial en Cañar y enfrentamientos en varias vías del centro y norte del Ecuador. 

Organismos de derechos humanos advierten sobre el uso excesivo de la fuerza y la falta de protocolos de diálogo.

La comunidad de San Miguel del Común responsabiliza al Estado por la violencia y exige una explicación sobre el contenido de las maletas que, según denuncian, fueron ingresadas a la escuela durante el operativo. 

“Imponer caridad con balas no es el trabajo del Estado”, manifestaron los dirigentes en un pronunciamiento público que circula en redes. El rechazo hacia las “provocaciones del Gobierno” ha unificado nuevamente a los sectores indígenas y barriales en defensa de lo que consideran una intromisión a su territorio.

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