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Ecuador

Los senderos han sido acondicionados por los comuneros para hacer fácil el acceso.Patricia Oleas

Descubra la quebrada de Chalán y los secretos milenarios en la montaña

Cerca de la ciudad de Riobamba hay un paraje donde el tiempo parece haberse detenido 

En la quebrada de Chalán, en Riobamba, provincia de Chimborazo, las montañas guardan secretos de más de 40.000 años. En este paraje sagrado, donde el viento aún roza fósiles de mastodontes y perezosos gigantes, los viajeros descubren un paisaje andino detenido en el tiempo, custodiado por comuneros que mantienen viva la memoria ancestral del territorio.

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La quebrada, ubicada entre las parroquias de Punín y Licto, ofrece un escenario con vestigios de la era del hielo. Este lugar es considerado un valle sagrado, lleno de historia, fósiles y energía ancestral, es un destino ideal para quienes buscan experiencias culturales y naturales.

Las comunidades administran el museo y organizan los recorridos turísticos.Patricia Oleas

El recorrido se inicia en la comunidad de San José de Chalán Grande, con el ingreso al museo comunitario, donde conservan piezas paleontológicas y arqueológicas rescatadas en la zona.

En este sitio, en 1923, se encontró uno de los cráneos humanos más antiguos del país, lo que convierte a Chalán en un punto clave para entender las primeras ocupaciones humanas en Ecuador. Por esta razón, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) reconoce a la zona como un lugar de interés arqueológico y paleontológico.

El paleontólogo José Luis Román refiere que los hallazgos datan de aproximadamente 40.000 años y ofrecen pistas valiosas sobre el ecosistema que existió antes de una posible erupción del volcán Tulabug, cuya ceniza endurecida, conocida como cangahua, cubre hoy las colinas del sector.

Fragmentos fósiles muestran parte del pasado de este sector.Patricia Oleas

Puede recorrer por dos rutas

La experiencia no se limita a los restos del Pleistoceno. Todo el territorio está atravesado por la cosmovisión andina que los habitantes mantienen viva.

  • • Una conduce por un sendero de vegetación y pequeñas cascadas, hasta llegar al filo de un riachuelo. Hay formaciones rocosas que los habitantes llaman “pisadas de mastodonte”. La leyenda cuenta que son las huellas de animales que huían, impregnadas en la lava seca.

  • • La segunda ruta lleva al corazón de la quebrada, donde las paredes muestran fósiles incrustados. En la zona han acudido investigadores ecuatorianos y extranjeros, lo que refuerza su interés turístico y científico.

Los moradores guían a los visitantes, cuidan accesos y promueven un turismo para sostener la economía local. “Esperamos que nos visiten y conozcan la historia, pero también pedimos que la respeten y cuiden”, afirmó María, guía comunitaria.

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