A Ali le habrían insistido tanto en que vaya a la reunión, que terminó cediendo. Al parecer, la convencieron diciéndole que solo sería por un instante e incluso le habrían pagado el taxi desde su casa hasta el departamento donde la esperaban sus compañeros de facultad, en un barrio del cantón Cevallos, en la provincia de Tungurahua.

Pero antes, la joven escribió un mensaje a su madre, para mencionarle que iría. La noche del sábado 22 de noviembre, la universitaria, de 23 años y estudiante de Medicina Veterinaria, con sueños e ilusiones, salió confiada. No era una fiesta grande a la que iba. Habría sido un convite entre conocidos.

(Te invitamos a leer: ¿Para qué sirve un frasco con romero y sal gruesa dentro del hogar?)

Música, botellas a medio terminar, una pipa artesanal en la mesa. Nada que anunciara el horroroso hecho que se cometería en esa vivienda y por el cual ahora hay cuatro jóvenes procesados y con prisión preventiva.

Según la Fiscalía, Ali compartió unos momentos con los cuatro procesados. Las indagaciones determinarán si hubo más personas en el lugar. Por los indicios recopilados, los investigadores estiman que la universitaria se habría quedado dormida, y en ese momento la confianza se convirtió en traición.

Investigan brutal acto en una casa

El acto brutal que se cometió en esa habitación estrecha, en la madrugada, se hizo público cuando, consumido por el miedo, uno de los implicados llamó a su madre: “La matamos… matamos a alguien”, le habría confesado entre sollozos. La señora sin dudarlo, alertó al ECU-911.

Cuando los agentes policiales entraron al cuarto, encontraron a Ali semidesnuda, con un corte en el cuello y marcas en los brazos, oculta bajo el colchón.

Los jóvenes, que se suponía eran amigos, presuntamente intentaron agredir sexualmente a la joven y posteriormente, la habrían asfixiado.

En un aparente intento desesperado por borrar rastros, cubrieron el cuerpo con un colchón. La Policía encontró a uno de los procesados dormido sobre el. “Quisieron desaparecer a mi sobrina por pedazos”, dice entre lágrimas un tío de la víctima.

El padre de la joven, un sargento militar en servicio pasivo, respira hondo antes de hablar: “La necropsia dice que la asfixiaron. Después de muerta la cortaron… Mi hija no merecía eso”.

Cuatro procesados por muerte de universitaria

En el departamento donde hallaron a la joven muerta fueron aprehendidos cuatro jóvenes, incluidos dos hermanos. En la audiencia de flagrancia, los abogados intentaron que dos de ellos salieran libres, pero la jueza ordenó prisión preventiva para todos.

Mientras la justicia avanza, en Tena, la tierra natal de Ali, la despidieron en medio de un silencio cargado de dolor y así se desvanecieron los sueños de la universitaria que vivía sola en Cevallos, porque estudiaba en la Universidad de Ambato y soñaba con regresar a su Tena para trabajar por los animales y por su gente.

Adriana Molina, amiga cercana, describe el vacío: “Ali era luz, sonrisa tierna, mirada buena. Era imposible no quererla”, dice su amiga Adriana.

Juan Carlos, un profesor del colegio donde estudió la joven no asimilaba la noticia: “Apagaron la vida de una joven sencilla, alegre, respetuosa. Tenía un futuro hermoso. No entiendo tanta maldad”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!