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Ecuador

El caso de Jhosue Morante y la vulnerabilidad oculta al compartir lujos en redes
Experta en redes sociales advierte que la exposición excesiva de lujos puede poner en riesgo la seguridad de los creadores de contenido
“Mostrar constantemente bienes, viajes y ubicaciones en tiempo real influye muchísimo en la seguridad personal. Es una vulnerabilidad real”, alerta la social media manager Danna Hanna. Su advertencia cobra especial relevancia tras el asesinato del creador de contenido manabita Jhosue Desiderio Morante Crespo, de 26 años, baleado este 3 de octubre en Manta.
(Lea también: Influencer asesinado en Manta presumía de sus lujos en redes sociales)
El joven, conocido por su ostentosa vida en redes sociales, mostraba con orgullo autos de alta gama, viajes a Dubái, Panamá y República Dominicana, y atuendos inspirados en la opulencia de los Emiratos Árabes.
En Instagram, donde tenía más de 119 mil seguidores, se presentaba como “empresario” y decía generar ingresos por “monetización en Facebook y creación de contenido”.
Según el SRI, Morante obtuvo su RUC en diciembre de 2020 con el giro de producción de películas y videos, actividad que cesó en julio de 2023. De acuerdo con la Superintendencia de Compañías, hasta el momento de su fallecimiento figuraba como presidente y accionista de las firmas Jmetaverso Distribución de Contenidos S. A. S. y Jmetaverso Turismo S. A. S., ambas constituidas después de junio de 2023 y con un capital invertido conjunto de apenas 222 dólares.
En paralelo, su ritmo de vida seguía en ascenso y su presencia digital crecía sin pausa.
Para Hanna, quien también administra una agencia de gestión de redes sociales llamada Influencers ec, este tipo de exposición extrema es parte de una cultura que ha redefinido el éxito en redes.
“El influencer de marketing está amparado en la cultura del brillo, o glow up culture, que promueve la transformación física y económica como una forma de autoestima y atracción de seguidores. Pero al mismo tiempo, genera sospecha: ¿es real lo que muestra o hay algo detrás?”, reflexiona Hanna.

El caso de Jhosue Morante, señala, no solo expone los riesgos de la sobreexposición, sino que pone bajo la lupa a todo el ecosistema de creadores y representantes de influencers en Ecuador. “Esto nos obliga como agencias y marcas a cuestionarnos qué tipo de figuras estamos impulsando, si estamos ejerciendo un rol de cuidado o solo buscando alcance”, añade.
La especialista considera que la tragedia podría empujar a las agencias a incluir estrategias de seguridad y discreción digital en su gestión de talentos: “No se trata solo de contratos o métricas. Debería haber políticas claras sobre qué se publica, entrenamientos en seguridad digital y física, y hasta seguros personales. El éxito en redes puede atraer tanto oportunidades como peligros reales”.
En el corto plazo, Hanna cree que las marcas revisarán con más rigor a quiénes patrocinan. “Probablemente habrá una pausa y una evaluación más profunda de los procesos para contratar a un creador de contenido. Las empresas buscarán perfiles con métricas verificables, contratos sólidos y una reputación más estable”, concluye.
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