Una nueva asamblea entre el movimiento indígena de Imbabura y la Alcaldía de Otavalo, epicentro de la protesta en el contexto del paro convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), dejó más dudas que respuestas claras. Este 16 de octubre, las bases de las organizaciones que han tomado la posta de una denominada resistencia desconocieron lo acordado el miércoles con el Gobierno, cumpliéndose así el día 25 de las protestas.

La alcaldesa Anabel Hermosa les pidió a quienes decidieron mantenerse en el paro que se respetaran los acuerdos celebrados el 15 de octubre. Además, instó a que tampoco desconocieran el liderazgo que llevó a cabo las conversaciones, con el fin de que el movimiento indígena no se debilitara.

Asimismo, pidió que se hicieran las asambleas permanentes en los territorios, tal y como se había prometido. Con ello se pretendía que quienes protestaban dejaran las calles.

Pero luego de casi dos horas, las organizaciones decidieron mantenerse en “pie de lucha” y no levantaron la medida de los bloqueos. Estos mantuvieron cercada a Imbabura, pese a que se aseguró la habilitación de la circulación.

El supuesto acuerdo en medio del paro

La postura se mantuvo pese a que el ministro del Interior, John Reimberg, anunció que el paro en Imbabura llegó a su fin. En un mensaje emitido luego del encuentro con los dirigentes comunitarios, el funcionario señaló que “el diálogo siempre ha estado abierto” y que, con el compromiso de las partes, se abren las vías y se inicia un trabajo conjunto para restablecer el abastecimiento en la provincia.

El ministro recalcó que el Gobierno Nacional mantendría mesas de coordinación con los representantes de los pueblos indígenas y campesinos de Imbabura, para atender las principales demandas planteadas durante los 23 días de paralización, que incluyeron el pedido de congelar el precio del diésel, la liberación de los detenidos y la investigación de los fallecimientos ocurridos durante las manifestaciones.

Hasta este jueves, el Gobierno cumplió una parte de esos acuerdos: el traslado de los detenidos a Otavalo y la liberación de más de 40 aprehendidos en las protestas del 14 de octubre. Sin embargo, el movimiento aseguró que esto último no se dio por buena voluntad del oficialismo, sino porque los jueces no hallaron pruebas para mantenerlos aprehendidos.

Las posturas durante el paro

Con respecto a lo que en primera instancia se había acordado, la Conaie dijo que respetaba lo decidido por los líderes imbabureños, asegurando que a esa convocatoria no los llamaron, pero que las exigencias al Gobierno son de carácter nacional.

Ante esto, para César Luis Barthelotti, analista político, las conversaciones realizadas en Imbabura fueron correctas, pues se trataba de dar una solución a un paro focalizado solamente en esa provincia.

“A diferencia de lo ocurrido en 2019 y 2022, esta paralización no tuvo un carácter nacional. La Conaie está partida y no es la unidad que era antes porque Leonidas Iza no superó la derrota electoral”, argumentó.

En lo referente a las declaraciones de John Reimberg acerca de que el paro había acabado, para Marcel Merizalde, docente y especialista político, no fue más que una estrategia para que otros actores sociales no se sigan sumando a la protesta. “Se lo hizo de manera imprecisa y mal intencionada. Con esto la idea era bajar el nivel de tensión que afecta al Gobierno, con la proyección para la consulta en noviembre”.

La Conaie, a través de su comunicado, justamente apuntó a lo manifestado por Merizalde y añadió que hará campaña por el ‘no’ para el referéndum del presidente Daniel Noboa.

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