Fernando asegura que puede presentir el momento en que un objeto volador no identificado (OVNI) está a punto de aparecer. Lo dice sin titubeos, como quien ha aprendido a convivir con lo extraordinario y lo desconocido.

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A lo largo de su vida, este habitante de Cuenca afirma haber visto varios ovnis sobrevolar la ciudad y sus alrededores. Pero lo que más le sorprende no son los avistamientos, sino la capacidad recién adquirida de anticiparlos.

El campamento ufológico que cambió su vida

El punto de inflexión en su vida se remonta a 2023, cuando asistió a un campamento ufológico en el Parque Nacional Cajas, en Azuay, junto a un grupo de 20 personas. “Esa vez solo vi luces en el cielo, pero estaban muy lejanas”.

Desde entonces, una sensación peculiar, la certeza de que “alguien grande” aparece detrás de él, se ha convertido en la señal de que un encuentro está por ocurrir.

“Estos episodios siempre me han sucedido cuando estoy solo realizando mis caminatas… Siempre es esa sensación extraña de que alguien me está mirando y siguiendo”, confiesa.

Primer encuentro cercano en Chaucha

Su primer encuentro posterior a ese campamento ocurrió en octubre de 2023. Alrededor de las 21:00, mientras paseaba por el cerro Taqui-Culebra, en Chaucha, una parroquia rural de Cuenca, sintió la premonición.

Alzó la vista y vio un objeto redondo, lejano, con luces que cambiaban entre azul, rojo y verde, moviéndose en todas direcciones antes de desaparecer entre las nubes. Apenas tuvo unos segundos para procesarlo. Pero el verdadero impacto vino después, cuando el objeto regresó mucho más cerca.

“Estaba levitando encima de mí, estaba cerca. Esa cosa tenía el tamaño de unos cinco buses juntos. Ya pude ver más detalles: estaba totalmente sellada, sin ninguna ventana o ranura, y era de color plateado”, describe.

Luces de colores sobre el cielo de Cuenca

Fernando recuerda que se mantuvo observando el objeto hasta que este se elevó verticalmente y se perdió en la oscuridad de la noche.

En mayo de 2024, alrededor de las 05:30, revivió la misma sensación mientras guardaba cosas en el maletero de su carro. Se agachó y, al levantarse, divisó otro objeto circular sobre él, moviéndose de forma errática.

“Era blanco y parecía perdido, iba en varias direcciones. O tal vez estaba buscando algo por el lugar y por eso se movía así, pero estaba justo encima de mí”, rememora.

Un ovni sobre su cabeza al amanecer

Sin embargo, su avistamiento más reciente, ocurrido en marzo de este año, es el que considera el más asombroso. Nuevamente en el Taqui-Culebra, al anochecer, se sentó a descansar y la vista le reveló un ‘show’ aéreo.

“Miro hacia el cielo y me doy cuenta de que había unos quince objetos moviéndose en diferentes direcciones y a gran velocidad”, detalla.

Y quince minutos más tarde apareció uno distinto: un platillo volador con luces amarilla, verdes y rojas, que cruzó justo sobre su cabeza antes de perderse entre las nubes de la madrugada.

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