Navidad golpeada por el miedo: migrantes suspenden tradición solidaria en Guayas y Manabí
Migrantes que por años llevaron regalos y comida a las zonas rurales de Guayas y Manabí, dejaron de hacerlo por temor a las bandas criminales

El temor a las ‘vacunas’ apagó la solidaridad en estas fiestas.
Cuando Eduardo salió de un pequeño recinto de uno de los cantones de la provincia del Guayas rumbo a Estados Unidos, vía México, llevaba una idea clara en el corazón. “Cuando me salgan los papeles (la residencia), voy a hacer que la Navidad sea distinta para mi gente”, se prometió.
Y lo cumplió. En diciembre de 2015 regresó a Ecuador y empezó a hacer realidad su promesa. Desde entonces, su historia se repetía como un eco entre muchos compatriotas que cruzaron fronteras en busca de un futuro mejor. Sin embargo, en 2025 todo cambió: a la solidaridad navideña le llegó el miedo.
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Hasta 2024, Eduardo lograba arrancar sonrisas a más de 400 niños del campo, pero este año ya no pudo repetir la receta. En agosto pasado, los ‘vacunadores’ llegaron a dos recintos que él solía visitar. Fincas, tiendas y casas fueron ‘visitadas’ por grupos criminales. Eso lo quebró. La Navidad que regalaba cada año quedó atrapada entre el temor y la impotencia.
“Jamás pensé que en una Navidad me iba a quedar en White Plains, donde vivo”, le cuenta a EXTRA desde Nueva York. “Mis amigos me pidieron que no vaya. Incluso donde hacíamos las reuniones, ahora hay que pedir permiso para entrar. No lo creo, pero es la realidad”.
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La solidaridad también ha sido ‘vacunada’. Quienes antes tenían el corazón y el camino abiertos para llevar regalos y comida, hoy ya no pueden hacerlo porque la inseguridad les cerró la ruta.
Duele, pero es verdad
Gabriel y Mirna llevan 25 años en Estados Unidos. Desde hace ocho, cuando la vida por fin les sonrió en lo económico, comenzaron a ahorrar desde marzo hasta noviembre. Nada de comidas fuera de casa, nada de gastos innecesarios. Todo iba al chanchito de la solidaridad.
Hasta 2024 armaban canastas, ropa y funditas de víveres para la gente humilde de los recintos entre Guayas y Manabí, donde crecieron y aprendieron que compartir no te quita, sino que más bien te multiplica.
Pero este año no lo harán. Regresaron a Ecuador, pero pasaron la Navidad en Quito. “Mis hermanas nos dijeron clarito que a todos los han ‘vacunado’ y que no vayamos a esas zonas. Nos duele, porque siempre quisimos estar con la gente del campo”, admite Gabriel apenado.
A través de un familiar existía la posibilidad de realizar agasajos en Quito o Cuenca. Sin embargo, su sueño, el mismo que nació hace una década, siempre fue llevar alegría a la comunidad donde nacieron.