La tarde del domingo, la calma de Santa Ana se rompió con un cruce de balas que dejó a sus habitantes en estado de conmoción. El hecho, ocurrido cerca del coliseo y la Unidad de Tránsito Municipal del cantón, terminó con la vida de dos presuntos sicarios, uno de ellos apenas un joven de 20 años.

Wilson Alberto Molina Manzaba, oriundo de Pedernales, cantón del norte manabita, fue identificado este lunes por sus familiares en el Instituto de Ciencias Forenses de Manta. El joven, que según las primeras indagaciones ya estaba inmerso en actividades delictivas, se convirtió en una de las víctimas mortales del ataque frustrado.

Según Horacio Pérez, jefe policial del distrito 24 de Mayo, los dos hombres llegaron en una motocicleta e intentaron asesinar a otro ciudadano. Sin embargo, la acción fue repelida y los presuntos sicarios terminaron siendo abatidos. En medio del enfrentamiento, otras tres personas resultaron heridas y la Policía trabaja para establecer el trasfondo del ataque, así como la identidad del segundo fallecido.

Santa Ana bajo la sombra de la violencia

El ataque armado ha vuelto a poner a Santa Ana en la mira de la violencia que azota a la provincia de Manabí. Según cifras oficiales, en lo que va del 2025 se contabilizan 887 muertes violentas, consolidando al territorio como uno de los más golpeados por el crimen organizado en el país.

Las autoridades señalaron que las investigaciones continúan y no se descarta que el hecho esté relacionado con disputas entre bandas delictivas. Mientras tanto, el temor se apodera de la población, que vio interrumpida la tranquilidad de su cantón por la crudeza de la violencia.

Los vecinos de la zona expresaron su alarma y pidieron mayor presencia policial para evitar que estos hechos se repitan. La comunidad exige medidas más contundentes para garantizar seguridad y proteger la vida de los habitantes, quienes viven con el constante temor de nuevos enfrentamientos.

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