“¡Quiero saber qué está pasando, solo escuchamos disparos y bombazos en la madrugada! ¡No sabemos si mi hermano está muerto!”, gritaba una mujer desesperada en los exteriores del Centro de Rehabilitación Social de Machala, en El Oro, la mañana de este 22 de septiembre. Con lágrimas y la voz quebrada, buscaba alguna pista que le confirmara o negara si su familiar estaba entre las víctimas de una masacre registrada al interior del centro.

La incertidumbre reinaba entre las familias que permanecieron apostadas desde la madrugada en los alrededores del recinto penitenciario, bloqueados por un fuerte cerco policial. La inquietud crecía con las horas, mientras se confirmaba que había 16 muertos, más de una decena de heridos y reos fugados.

“En la morgue no nos dan respuestas. Hemos venido a la Policía para que nos digan quiénes son los muertos, pero no tenemos comunicación con nuestros familiares”, reclamaba otra mujer, con las manos apoyadas en la reja del Comando de Policía. Su hermano estaba recluido en el pabellón Zaruma, uno de los más afectados por la revuelta.

Para los familiares, lo vivido esa madrugada fue un tormento. “En esa cárcel siempre suceden balaceras. Son los propios policías que disparan”, alcanzó a gritar otra mujer, que aguardaba noticias de su hijo detenido por robo.

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El inicio de la matanza en la cárcel de Machala

La masacre comenzó cerca de las 02:30 del 22 de septiembre, cuando un grupo de internos identificados con la facción Los Lobos Sao-Box fingió la enfermedad de uno de sus compañeros. El plan, según el coronel William Calle, comandante de la Zona 7 de la Policía Nacional, fue premeditado: atraer a un guía penitenciario para tenderle una trampa.

El engaño funcionó. El guía José Gabriel Pacheco Ruiz acudió a verificar el supuesto malestar del reo, pero en segundos fue asesinado a balazos y cuchilladas. Luego, los internos desarmaron a tres policías, los secuestraron y comenzaron el ataque contra bandas rivales, principalmente Los Lobos Espejos y algunos integrantes de Los Choneros, estas dos últimas facciones que se unieron en la provincia de El Oro, según la Policía.

“Los policías fueron amarrados de pies y manos. Les quitaron sus armas de dotación y hasta utilizaron explosivos. El enfrentamiento duró cerca de 40 minutos”, relató Calle. La violencia fue extrema, pues tres de los 13 reos asesinados fueron descuartizados, según reportes preliminares de Criminalística.

El saldo fue que 12 privados de libertad y el guía penitenciario murieron en el lugar. Otros tres reos, trasladados heridos a casas de salud, fallecieron horas más tarde. También se registraron 12 heridos, entre ellos un policía que recibió un disparo en el hombro.

Requisa y recaptura de fugados de la cárcel de Machala

Con la llegada de unidades élite, como el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), se retomó el control alrededor de las 07:00. El operativo derivó en una requisa que dejó al descubierto el nivel de armamento dentro del centro penitenciario: cuatro armas de fuego, cuchillos, machetes y hasta granadas artesanales.

“Estas personas ingresaron con armas de fuego, con explosivos, con granadas. Fueron a asesinar a la otra banda. En la confusión también intentaron fugarse por la parte posterior de la cárcel”, detalló el comandante Calle.

En medio del enfrentamiento, al menos 13 reos lograron escapar, aunque luego fueron recapturados en las cuadras cercanas al penal. “Tenemos 13 personas recapturadas, pero aún verificamos si hay más fugados”, precisó la autoridad.

Según la Policía, esta es la peor masacre que ha sucedido desde que la cárcel se construyó en Machala. Las explosiones y balaceras han generado temor en los barrios vecinos, donde la presencia del penal es considerada un riesgo constante.

A dos cuadras se encuentra el colegio Ismael Pérez Pazmiño, uno de los más grandes de Machala, por lo que los padres prefirieron no mandar a sus hijos a clases, por el miedo a que se repitiera lo de la madrugada.

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Dominio de bandas al interior del centro penitenciario

Según el coronel Calle, la cárcel de Machala está controlada por dos facciones principales: Los Lobos Sao-Box y Los Lobos Espejos, con una mínima presencia de Los Choneros. Las disputas internas por el dominio de los pabellones han derivado en enfrentamientos recurrentes, similares a los que se registran en las calles de la provincia.

“La cárcel no es de Los Choneros, la cárcel es de Los Lobos. Nosotros siempre hemos dicho que se necesita tecnología para registrar sobre el ingreso de armas”, afirmó el jefe policial. Él reconoce el problema por el ingreso constante de armamento y droga, por complicidad de funcionarios o por falta de sistemas modernos de control.

El centro penitenciario, ubicado en el barrio San Martín, centro de Machala, tiene más de 70 años de antigüedad y ya cumplió su vida útil. Con capacidad para 500 personas, actualmente alberga a más de 1.300 internos, lo que multiplica los riesgos de violencia.

La ubicación también es cuestionada. La cárcel se encuentra rodeada de viviendas, escuelas y comercios. Vecinos insisten en la urgencia de su reubicación hacia una zona alejada del casco urbano.

La gente pide que se reubique a la cárcel

“Esta cárcel ya tiene muchos años, tiene que ser reubicada. Yo hago un llamado a las autoridades competentes. Aquí se necesita tecnología. No es solo un tema de seguridad, también es un tema de ubicación”, indicó el oficial Calle.

La demanda coincide con la voz de los habitantes del sector San Martín, quienes desde hace años viven bajo el miedo. “Cuando empiezan los disturbios, todos cerramos las puertas y nos escondemos. Es miedo constante”, contó un comerciante que trabaja a cuatro cuadras del penal.

“Uno ya está acostumbrado, pero siempre hay preocupación. Mi hijo pasa encerrado, ni a la vereda puede salir. Este lugar es un peligro para todos”, expresó otro vecino que habita a dos cuadras de la cárcel.

Las ventas por el sector han caído. Además, hay muchas viviendas en venta o alquiler, sin interesados. Y las calles permanecen bloqueadas desde 2020, cuando se cerraron por motivos de seguridad durante la pandemia. La movilidad en el centro de la ciudad quedó gravemente afectada.

La masacre de Machala no es la primera en Ecuador. Forma parte de la crisis carcelaria que desde 2021 ha dejado más de 500 muertos en el país. Las cárceles se han convertido en escenarios de guerra entre bandas criminales, con ramificaciones dentro y fuera de los muros.

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En Machala, los vecinos sienten que conviven con una bomba de tiempo. “Aquí no ha venido nadie a dar respuestas. Siempre escuchamos por las noticias que van a reubicar la cárcel, pero ese compromiso no se cumple” denunció un vecino de la zona, quien prefiere omitir su nombre y en reiteradas ocasiones ha pedido la reubicación de la prisión.

“Ahora no hay cómo dar los nombres, porque enseguida lo averiguan y te matan. En la madrugada no dormimos, parecía que estábamos en un campo de batalla”, añadió el ciudadano.

Sigue sin respuesta oficial la pregunta sobre cómo los reos lograron romper candados, pasar filtros y atacar a bandas rivales . El comandante Calle admite su desazón: “Es la gran interrogante. Supuestamente debían estar encerrados, pero lograron atravesar tres filtros”.

La lista de los fallecidos

• 1. Carlos Alberto Reyes Chinchilema
• 2. Mayner Bryan Vicente Figueroa
• 3. Julio César Carrión Celi
• 4. Ángel Gabriel Rogel Maldonado
• 5. Jimmy Javier Rodríguez Ortiz
• 6. Carlos Diego Palacios Santos
• 7. Michel Davis Chuquirima Reyes
• 8. Jostin Eduardo Ruiz Bonilla
• 9. Guilber Fernando Alonso Valdivieso
• 10. Jonathan Fabricio Ramírez Encalada
• 11. Erick Michael Anzules Parrales
• 12. Cristoffer Alexander Guerra Muñoz
• 13. Mauricio Andrés Vellejos Vinces
• 14. Josué Paúl Jaén Tenezaca
• 15. Jhon Frans Cumbicus Cumbicus
• 16. José Gabriel Pacheco Ruiz (guía penitenciario)

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